Yilmaz Kiziloglu, de 48 años y expaciente de un hospital universitario de Erzurum (Turquía), se sometió a cuatro ciclos de quimioterapia y finalmente abandonó la camilla de su hospital, una vez que le fuera asegurado que estaba completamente exento de cualquier enfermedad maligna. Pero el principal problema que le preocupa hoy es que en verdad nunca ha padecido cáncer, enfermedad que le fue diagnosticada por error.
Kiziloglu acudió a ese centro clínico en febrero del 2015 tras repetidos síntomas de fatiga y fiebre, que acompañaban un cuadro típico de un constipado. Lo hospitalizaron, le ofrecieron una terapia, sintió una mejora, pero 10 días después de ser dado de alta, volvió al hospital con las mismas quejas.