Ecuador, siguiendo una corriente internacional, se caracteriza por una política económica pendular que oscila entre el populismo, exacerbado por los períodos de altos ingresos, en especial del petróleo, matizado por propuestas de corte socialista y políticas conservadoras.
Esa es la conclusión a la que llegaron un grupo de académicos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) al ser consultados por el EL UNIVERSO sobre cuál ha sido la política económica que ha aplicado el país a través de la historia.
Sin embargo, esta oscilación entre progresismo y conservadurismo no alcanza en ninguno de los períodos una hegemonía significativa. El efecto ha sido la falta de un modelo económico consistente reflejado en una pobre institucionalidad, lo que ha causado una falta de estabilidad que afecta al funcionamiento del aparato productivo, señalan los expertos.
¿El modelo neoliberal realmente se ha logrado implementar en el país?
Para los académicos «no existe en la teoría económica un modelo neoliberal» y señalan que «el país ha pasado por momentos en su historia en los cuales ha habido mayor énfasis en políticas de libre mercado en contrario a momentos en los que la presencia e intervención del Estado en los mercados ha sido más relevante«.
La implantación de políticas neoliberales en Ecuador, al igual que en un gran número de países de menor desarrollo en el mundo, según los catedráticos, es consecuencia de lo que se conoce como el Consenso de Washington con su fórmula de tres elementos: ajuste (eliminación del déficit fiscal), privatización (reducción del tamaño del Estado) y liberalización (tasas de interés no reguladas y tipos de cambio flotantes).

Se asocia a Milton Friedman como uno de los principales exponentes de lo que se ha llamado neoliberalismo. Foto: Cortesía
«En los últimos 20 años del siglo XX se aplicaron parcialmente este tipo de políticas, pero no llegaron a consolidarse como un modelo económico y el país siguió dependiendo de aspectos coyunturales positivos y negativos que marcaron la pauta de una economía inestable que explota en la crisis financiera de finales de los años noventa y lleva a la dolarización», indican.
¿El modelo socialista o del socialismo siglo XXI se logró implementar en el Ecuador?

Venezuela es uno de los países de la región que aplican las políticas del socialismo del siglo XXI. Foto: Archivo
Según los docentes «en Ecuador no se ha implementado un modelo socialista, sin embargo hubo un intento en la tendencia que se evidencia fuertemente en la Constitución de Montecristi».
Además, aclaran que el llamado socialismo del siglo XXI se aplica parcialmente en la medida que el país es receptor de altos ingresos por la coyuntura internacional, con lo que se produce una fuerte inversión del sector público y una presencia creciente del Estado; también este influjo de recursos permite un mejoramiento de los niveles de vida de los quintiles menos favorecidos, pero el gasto público pronto rebasa al flujo de ingresos y se suple con un endeudamiento agresivo.
«Terminado el período de bonanza, el esquema económico se vuelve insostenible y las consecuencias generan un proceso de desaceleración económica», como el que vive actualmente el país.
El modelo económico actual

Luego de una fuerte injerencia del Estado, como la que dominó el período anterior, la situación actual del país lleva a la implementación de una política económica que privilegia la actividad privada en la economía, afirman los especialistas.
Como en los períodos anteriores, la apretada situación de la economía hace que la política en ese sector sea poco estable y responda a los efectos coyunturales cambiantes: «No se puede hablar de un modelo económico que se esté implementando en el país«.
Sobre las «ayudas económicas» que brindan organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que son criticadas por varios sectores sociales debido a los condicionantes que se establecen, los profesores sostienen que son opciones de financiamiento.
«No todos los países que acuden al FMI lo hacen bajo condiciones de crisis monetaria o fiscal. Cuando un país, como es el caso actual de Ecuador, acude al Fondo a solicitar una operación, está ejerciendo un derecho (como signatario). Si esta solicitud implica una erogación de fondos para solventar una situación de crisis, el Fondo a su vez establece condiciones que garanticen la superación de esta crisis. Este es el mecanismo que se conoce como las medidas de ajuste, las cuales invariablemente implican una reducción del gasto público», sostienen.
Sin embargo, afirman que en ciertas ocasiones, cuando el tamaño de la crisis lo permite, los fondos que otorga el FMI no serían lo más importante, sino más bien «la apertura que da al país que acude hacia los mercados internacionales, lo que se refleja en la reducción de costos del endeudamiento por tasas más bajas de interés y plazos más adecuados».
Opciones para superar la actual crisis económica
Ecuador necesita reperfilar la deuda externa, para reducir el costo de servirla. Para lograr esto es necesario generar condiciones de estabilidad económica que aumenten la confianza de los mercados financieros y se reduzcan los riesgos que afectan al costo de la deuda, según los analistas.
Para buscar el equilibrio económico y dar mayores beneficios a los quintiles más pobres sin aumentar el déficit el Ecuador debe implementar políticas más efectivas que se concretarían en la focalización de subsidios y beneficios sociales, tales como educación y salud.
Además, reducir el déficit necesariamente implica incrementar los ingresos (tributarios, regalías por recursos naturales, etc.) y reducir los gastos a través de la optimización del gasto público.
«Esto sucede porque la reducción del déficit fiscal permite al Estado liberar recursos para atender las necesidades de los grupos más vulnerables. Esto sugiere que cuando se trata de hacer un ajuste económico para solventar una situación de crisis, es necesario considerar medidas que repartan de manera equitativa el costo de tal ajuste«, añaden los catedráticos.
Históricamente el presupuesto estatal del Ecuador ha tenido más gastos que ingresos. Solo en el inicio de la dolarización (2000 al 2006 y en 2008) se registró un superávit. El problema se ha mantenido ante la falta de decisión política de los gobiernos de turno para realizar los ajustes.
Además, otro elemento importante a considerar es que la política pública en países en desarrollo como Ecuador tiende a ser pro-cíclica, es decir, el gasto aumenta en períodos de bonanza y en períodos de crisis no se produce un ajuste, por lo que tiende a incrementarse la deuda pública, dicen los catedráticos.
«Esto pone en evidencia que, en gran parte, el problema económico tiene un factor determinante en un elemento político; por un lado, la inestabilidad política dificulta el ejercicio de los ajustes necesarios y, por otro, los gobiernos tienden a evadir los costos políticos por una tendencia populista».
Fuente: Diario el Universo