Una de las primeras decisiones del nuevo gobierno de Bolivia, presidido de forma interina por Jeanine Áñez, ha sido la expulsión de 725 ciudadanos cubanos que vivían en el país, y que se dedicaban a labores vinculadas con la comunicación y la sanidad, informa «Infobae».
El anterior gobierno, presidido por Evo Morales, líder indígena y mandatario desde hace 14 años, se mostró a menudo alineado con los países situados a la izquierda en Iberoamérica, como Venezuela, Cuba o Nicaragua. Precisamente, esos países fueron los que denunciaron que Morales ha sido víctima de un golpe de Estado, a pesar de que su salida se produjo después de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) publicara un informe donde detallaba las irregularidades de los comicios que supuestamente había ganado, y que le permitían renovar su mandato.
«Hoy día he tenido una larga conversación con el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, en términos muy respetuosos, muy amistosos si se quiere, ellos están retirando a partir de mañana a 725 ciudadanos cubanos que cumplen funciones de cooperación en diferentes áreas», dijo Karen Longaric, la canciller de Bolivia, como recoge «Infobae». La salida se hará efectiva el viernes.
De espaldas al chavismo
La llegada de Áñez también ha replanteado las relaciones con Venezuela, como informa Efe. La presidenta interina anunció ayer que iba a reconocer a Juan Guaidó, cabeza de la oposición al chavismo, como mandatario venezolano, algo a lo que se negó Morales. «Ese es el reconocimiento que hace desde este momento Bolivia», explicó la portavoz del Gabinete de Añez, Roxana Lizárraga.
Por su parte, el opositor venezolano también reconoció a Áñez como presidenta «en su misión de guiar una transición constitucional hacia una elección presidencial».
FUENTE: ABC INTERNACIONAL