En nuestra infancia se labra la forma como nos vinculamos o relacionamos con los otros en la vida adulta. Las expectativas, los miedos, el compromiso, entre otros elementos, son rasgos fundamentales que se adquieren desde que somos niños.
Estos los aprendemos o los adquirimos de las relaciones que mantenemos con esos seres que más están a nuestro lado: nuestros padres. Así que muchas de las conductas que has tenido o tienes con tu pareja se originaron en tu infancia.
¿Cómo se genera el apego?
Cuando un bebé nace necesita del apego con sus progenitores para poder sobrevivir. Este vínculo con sus progenitores le brindará a ese niño un modelo de cómo serán sus relaciones en el futuro.
Un informe histórico, publicado en el año 2000 por el Comité sobre la Integración de la Ciencia del Desarrollo de la Primera Infancia se enfoca en la importancia que tiene el apego, señalando que es fundamental para desarrollo mental, física, intelectual, emocional y social de un niño.
Se agrega que más allá del amor o la atención que los padres le dan al menor, esto se refiere a la comunicación emocional no verbal entre el niño y el padre o madre.
En cuanto al apego, hay tres tipos que se pueden identificar.
El apego seguro
Se da cuando el vínculo entre los padres y el niño es el adecuado. Se siente amado, se atienden sus necesidades y crea una conexión con sus progenitores. De esto el menor aprende a sentirse valioso y querido.
El niño que crea un apego seguro con sus padres es un adulto con autoestima. Sin temor al abandono ni a la intimidad.
Apego evitativo
En este caso los padres proporcionan los cuidados básicos que requiere el menor, pero no atienden sus emociones no crean una comunicación adecuada. Esto puede ocurrir porque los progenitores no saben cómo reaccionar ante ellas o lo hacen con desagrado y rechazo.
El menor, para evitar alejar a sus padres, reprime sus emociones. En la edad adulta será una persona que no sabe identificar lo que siente, puede mostrarse seguro e independiente, pero estarán desconectados de sus sentimientos.
Apego ambivalente
Aquí los padres suelen mostrarse muy amorosos en algunos casos y en otros muy hostiles, creando una confusión en el niño, que no aprenderá a confiar en la disponibilidad del afecto.
En la adultez esta persona será ansiosa y muy dependiente, con un gran miedo al abandono. Esto no les permite sentirse seguras en cuanto a los sentimientos y el cariño de las personas. (I)
FUENTE : EL UNIVERSO