El sector turístico de Salinas resultó afectado por el vertido de aguas lluvias de color oscuro sobre las azules aguas de la playa San Lorenzo, del cantón Salinas, en la provincia de Santa Elena. Un 20% de los turistas decidió adelantar su salida de los hoteles como Malecón y Oro del Mar, ahuyentandos por el desfogue de aguas fétidas a la bahía principal del cantón sobre las 11:00 del lunes 24 de febrero.
El olor a aguas estancadas persistía la mañana de este martes 25 en la avenida Malecón y Lupercio Bazán, en donde una retroexcacavadora municipal abrió el lunes un canal de desfogue del alcantarillado pluvial en pleno centro del concurrido malecón. La Fiscalía de Santa Elena confirmó que investiga un presunto delito ambiental por el vertido no solo de aguas lluvias, sino también, presumiblemente, de aguas servidas de la red de alcantarillado. El ministro del Ambiente, Raúl Ledesma, anunció en Twitter que la entidad interpuso una denuncia para que la Fiscalía investigue el posible delito ambiental y «se sancione con severidad a los responsables».
El Ministro calificó el acto de irresponsable y cuestionó que se hubiera hecho el desfogue sin ninguna notificación previa. El alcalde de Salinas, Daniel Cisneros, sostuvo que el personal municipal procedió a abrir la brecha de desfogue a la playa -un sistema de emergencia habilitado desde hace 20 años- ante un aguacero de 9 horas que inundó los sectores bajos cercanos y paralelos al Malecón, las avenidas General Enrique Gallo y Jaime Roldós Aguilera, conocidas como calle segunda y tercera. A pesar del color negro y su olor fétido, Cisneros subrayó que las aguas vertidas no estaban contaminadas y que solo era el agua de la lluvia acumulada en dos calles durante el aguacero. «Los sistemas de alcantarillado pluvial y sanitario son independientes, por ende, no existe la posibilidad de que se unan con aguas contaminadas», ratificó.
La Defensoría del Pueblo citó a las autoridades municipales a una reunión prevista para este miércoles 26 de febrero donde el Municipio presentará los informes del caso que según el Alcalde justifican la medida tomada como «necesaria». «Las aguas lluvias siempre van al mar (…) Es una medida preventiva prevista en el plan de contingencia, en el caso de una lluvia fuerte sabíamos que teníamos que usar este tipo de desfogadero», indicó Cisneros. Orlando Cedeño, quien tiene un local de venta de comida en la segunda calle desde el Malecón (General Enrique Gallo), indicó que el agua lluvia ingresó a las casas más bajas, se rebosaron las alcantarillas y existió una visible contaminación cruzada entre los sistemas de aguas lluvias y alcantarillado sanitario.
Johnny Balón, del hotel Oro del Mar, confirmó que se rebosaron las alcantarillas de las aguas servidas, algo común con lluvias fuertes, dijo. En la calle el nivel de la inundación superó las aceras. «Eso sería hilar más fino», sostuvo el Alcalde sobre la presumible contaminación cruzada de los dos sistemas”; evitó reconocer como un «error» el vertido y sostuvo que existe una campaña de desprestigio del balneario, el más importante de la provincia.
«Es difícil que pase esto porque tienen que coincidir marea alta, aguaje y una lluvia constante, desgraciadamente se presentaron estas condiciones, era eso (desfogar a la playa) o tener la calle segunda o tercera todavía inundadas», agregó Cisneros, al frente del Municipio de Salinas desde el 2014. Servidores turísticos que alquilan sillas y parasoles en la playa y que se vieron afectados el lunes y este martes por la disminución de turistas explicaron que ante las inundaciones se suele abrir el vertedero en la noche o la madrugada, pero no en pleno día, en las ‘narices de miles de turistas