Esta semana tres oficiales y unos 20 voluntarios de Fuerzas Armadas de la Brigada de Caballería Blindada ‘Galápagos’ de Riobamba, con su comandante Hugo Ruiz, sorprendieron a Baltazar y a su familia en la comunidad de Nizag, perteneciente al cantón Alausí en Chimborazo.
Baltazar es el niño que, durante las protestas de octubre compartió su tostado con un grupo de militares que trataban de llegar al sector de la Nariz del Diablo, para ser rescatados. Habían sido secuestrados por comuneros y luego recibieron protección de los lugareños cuando miembros de otras comunidades trataron de aplicarles justicia indígena. A su paso por ese centro poblado, el niño salió a su paso, preguntó adónde iban y les compartió su alimento.
La llegada de los uniformados en medio de la emergencia sanitaria que busca contener el avance del coronavirus no fue con las manos vacías. Llevaron provisiones para la familia de Baltazar. Pero no solo para ellos. Unas 40 familias de Nizag fueron también las beneficiadas con arroz, azúcar, cocoa, aceite y otros productos.
El papá del pequeño estaba feliz de recibir la ayuda. Les comentó a los militares que por la cuarentena estaba cerrada la comunidad para prevenir contagios porque tienen cero casos confirmados o sospechosos de COVID-19 y no es posible salir a ninguna parte.
Cortesía del diario Extra