Que se enteraron primero por alumnos que no pudieron matricularse con ellos porque no constaban en la lista del sistema. Que se sienten engañados y decepcionados porque supuestamente no fueron sinceros y hasta el final les hicieron actualizar y subir a plataformas la planificación de las materias que dictarían. Que habrían sacado profesores con mejores perfiles y conocimientos tecnológicos a diferencia de otros contratados que quedaron.
Esas son parte de las quejas más reiterativas de docentes que fueron desvinculados la semana pasada de la Universidad de Guayaquil, la más poblada del país y conocida popularmente como la Estatal.
Quienes se sienten perjudicados dicen que son cerca de 500 los docentes contratados que salieron, pero el rector encargado e interventor de la Universidad, Roberto Passailaigue, desmiente aquello y sostiene que «tenía entendido», hasta la tarde del viernes 26, que 120 salieron la semana pasada. Y adelantó que el proceso continuará.
«Si las personas ya no tienen cargas ni trabajo que efectuar no se le puede estar pagando sueldos del Estado, de todos los ciudadanos, porque estamos racionalizando», asegura Roberto Passailaigue, rector.
Entre los que salieron constan unos 40 profesores de contrato de la Facultad de Comunicación Social (Facso). A ellos les notificaron la terminación del contrato la tarde del martes 23 de junio.
«Me llegó el correo después de la jornada laboral de teletrabajo, pero ni siquiera nos explican los criterios que consideraron para sacarnos a unos y dejar a otros que ni siquiera cumplen con el perfil. Hay gente de administrativo que también les han dado otro contrato para dar clases y que ni siquiera conocen de las materias que van a dictar«, expone uno de los afectados.
Casi todos piden no ser identificados por temor a represalias, pues les deben lo trabajado hasta el 23 de junio. Mayo les pagaron recién el viernes 26, después de que se hiciera pública su situación, sostienen. Otros, en cambio, guardan la esperanza de ser reconsiderados para nuevos contratos, «así sean ocasionales en esta crisis», o esperan plantear acciones legales para ser reintegrados.
Entre los afectados con esta acción están aquellos que han trabajado bajo la modalidad de contrato por más de cinco años. «Me siento traicionada, vulnerada y lo que es peor nos avisan verbalmente, a unos, el 17 de junio y el 23 en la noche me mandan una carta horrorosa que dice que hasta ahí no más (…), me quedo en el aire y no les importa todo lo que hemos hecho por la educación en tantos años. No merecemos este trato», dice una docente que, asegura, tuvo que suspender su ingreso a un doctorado por quedarse ahora desempleada.
Otros afectados enlistan diversos problemas que han afrontado en los últimos años, como la supuesta falta de «seriedad en concursos para aplicar a los nombramientos», «apoyo en actividades políticas en favor de las autoridades internas de turno», «inversión en capacitaciones por su cuenta», adquisición particular de implementos para mejorar sus clases, entre otros.
Los docentes desvinculados han tenido que suspender sus nuevas maestrías y doctorados, así como el pago de obligaciones económicas mensuales, porque no tienen ahora ese ingreso fijo, aducen. Y adicional, agregan, no pueden acceder al seguro de desempleo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) porque no han sido despedidos, sino que se les terminó el contrato.
También hay preocupación entre los docentes que quedan por el aumento de las horas y materias que tendrán que dar desde este miércoles 1 de julio cuando arranquen las clases oficiales en esta universidad.
Roberto Passailaigue: «Sencillamente, si las personas ya no tienen cargas ni trabajo que efectuar no se le puede estar pagando sueldos del Estado»
«Son contratos ocasionales (los docentes que salieron). De conformidad a la normatividad legal, los contratos ocasionales se efectúan cuando la institución tiene ocasionalmente una necesidad. Esto es, los profesores titulares tienen sus horas, antes se daban 16 horas, ahora son más o menos 24 a 26 horas que pueden utilizar (los profesores a tiempo completo)…, en ese caso no se le puede estar pagando a alguien que está ocasionalmente contratado sin que tenga materias que dar. No es verdad (que sean 500 los profesores que salieron), obviamente se trata de aumentar el riesgo o aumentar la notoriedad mandando a determinados estudiantes que están comprometidos políticamente con determinados grupos para escandalizar (en referencia a un plantón del jueves 25 y a quejas de estudiantes)…
Uno de los problemas que tiene el país como tal y estas dos universidades es la excesiva contratación de personas que realmente no deberían estar desempeñando funciones porque están en exceso… Antes habían personas contratadas para que den ocho horas, diez horas, pero ahora como se está utilizando mayor tiempo en horas de trabajo de los profesores titulares o de los ocasionales a tiempo completo, obviamente hay un número de profesores a tiempo completo que ya no tienen carga horaria.
No somos responsables de lo que hayan hecho administraciones anteriores (mantener a docentes por contratos ocasionales por varios años). Y si se da el caso (…), pues tendrá que ir o demostrar que tiene el derecho y se tomarán las medidas que fueran pertinentes, siempre en beneficio de los estudiantes, de la universidad y optimizando los recursos estatales», expone Passailaigue.
Cortesía El Universo