No se conocen, pero vivieron el mismo escenario y aprovecharon las oportunidades. Tampoco dudaron en sus ideas y se mantuvieron firmes.
Se trata de cuatro empresas que vieron en la crisis generada por la pandemia COVID-19 una oportunidad para mantenerse hombro a hombro.
Y es así que Domremi se alió junto a Lemou; y Yogurt Persa con 400 grados. Las marcas vieron más allá de la competencia.
Jorge Cepeda es jefe de Relaciones Públicas de Domremi, una empresa que nació durante la crisis bancaria y que, por segunda ocasión, aprovechó las circunstancias para salir adelante.
«Las empresas tienen que aprender a moldearse durante la crisis, adaptarse, reinventarse sino se caen y ese mismo sentir es el que ahora hace tomar esta decisión de la alianza estratégica», asegura.
Domremi y Lemou iniciaron la alianza en cuarentena con el objetivo de abaratar costos, disminuir riesgos y ser más competitivos al mejorar su oferta comercial.
«Con la Hacienda Don Lucho a través de su marca comercial Lemou, mantenemos una relación comercial de años por ser el principal proveedor de materia prima (productos lácteos y derivados) para los pasteles y postres que preparamos en Domremi. Esta sinergia hizo que nos uniéramos sin perder nuestra individualidad», dice Cepeda.
Esta unión ahora está cristalizada en el local que reabrió Domremi el pasado 19 de junio en Urdesa. En el sitio están ambas marcas y ofertan productos que eviten la competencia. Por ejemplo: Lemou ofrece yogurt, helados, malteadas, cafetería y pan de yuca mientras Domremi cubre la demanda de pastelería y repostería.
Jorge Luis Jiménez, CEO de Lemou Ec., indica que la emergencia les dio el «empujón» que necesitaban: «La pandemia nos dio el empujón para ponernos creativos e implementar algún tipo de estrategia comercial emergente. Así que decidimos armar combos cumpleañeros juntando los productos de las dos marcas. Y como resultado, vimos una gran aceptación lo cual nos motivó a ponernos en marcha con lo que teníamos pensado algún tiempo atrás».
Le Mou nace de la Hacienda Don Lucho, ubicada en el km 55 de la vía a la costa. Se caracteriza por ser criadero de ganado puro de la raza Jersey, traído desde Costa Rica en 1994. Su actividad principal es la producción lechera de calidad premium.
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Cuando inició la cuarentena, ambas marcas cerrando sus puertas y con la estrategia su recuperación ha sido progresiva. Desde el cambio del semáforo a amarillo y la apertura paulatina de locales, registran una recuperación del 75 %.
En tanto, Yogurt Persa y 400 grados también vieron esta situación como una oportunidad. El pasado 15 de marzo los hermanos Mansouri: Nabil -gerente general de Yogurt Persa- y Husseyn -de 400 grados-, junto al gerente financiero pensaron en una estrategia de vender ambos productos.
«Fue una reunión de dos horas, fue la más productiva de toda mi vida y ha hecho que salvemos este negocio y el trabajo de cientos de personas y lanzamos esta oferta el día siguiente», indica.
Nabil hace referencia a Persa Box, una oferta que mezcla productos de ambas marcas. Por ejemplo: yogurt, pan de yuca, mermelada y panes molde de 400 grados. Y a medida que han pasado los días sus ofertas ya incluyen: pizza, canguil, salchicha, queso cheddar y hasta hot dog. Además, en los locales de Yogurt Persa también hay un espacio destinado para 400 grados.
Yogurt Persa nació en 1980 en Guayaquil del ideal del persa Fereidoun Mansouri, padre de Nabil y Husseyn y presidente del grupo empresarial.
Mientras que 400 grados surgió en el 2012 y se mantiene solo por venta online. «Fue creado con la idea de ofrecer un pan natural a los clientes, empezó como un hobbie y al ver la necesidad de las hamburgueserías artesanales se adaptó a una forma tan fácil con la demanda», indica Husseyn, quien menciona que promocionan 17 tipos de panes.
La estrategia de la familia funcionó y se sienten satisfechos de mantenerse a pesar de crítica realidad. Anhelan exportar sus productos.
Yogurt Persa tiene 18 de 47 locales funcionando como los ubicados en Garzota; y Chile y Portete. La fábrica de ambas marcas está ubicada en Durán.