Luego de un saludo y el aviso de que eran monitoreados por el sistema Ojos de Águila, el operador de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) les exigió a cuatro ciudadanos que se retiraran de la céntrica esquina de José de Antepara y Hurtado.
Fue una voz que surgió en lo alto y que sorprendió a los infractores, que lucían ropa ceñida y que posiblemente ofrecían servicios sexuales. «Están incumpliendo el toque de queda y las ordenanzas municipales sobre el uso de mascarillas y distanciamiento social», les expuso el servidor del CSCG respecto a la escena captada el viernes 21, de noche.
El sistema municipal de vigilancia dispone ahora de megafonía. Christian Chérrez, director del CSCG, indicó que han instalado 100 cámaras con altavoces en torno a 46 establecimientos educativos, puesto que hay centros con dos o tres equipos en el perímetro.
Con el propósito principal de alejar a sujetos sospechosos de los alumnos, el Municipio de Guayaquil sumó esta tecnología de procedencia sueca.
Chérrez señaló que la utilidad actual (porque debido a la pandemia está suspendida la jornada presencial estudiantil) se enfoca en llamar la atención a ciudadanos sin cubrebocas, que incumplan el toque de queda -que en Guayaquil empieza a las 23:00-, alejar a sujetos sospechosos o la mala disposición de la basura.