Ya sin estado de excepción, desde el 14 de septiembre, sin toque de queda y sin prohibiciones de ir a reuniones, paseos, entre otros, el cuidado para evitar los contagios de COVID-19 en Ecuador está en manos de la ciudadanía, quien deberá mantener medidas de bioseguridad, de protección y evaluar también los riesgos a los que se expone en las actividades que vayan a cumplir en esta nueva etapa, pues la pandemia continúa y aún no hay un tratamiento específico ni vacuna para la enfermedad.
Los sitios cerrados, y con aglomeración, son los lugares de mayor exposición al virus, según médicos infectólogos consultados. En esta edición presentamos un listado diverso para que la población considere ciertas precauciones.
Para los clínicos infectólogos Rafael Caputi Oyague y Washington Alemán Espinoza, la mejor arma de defensa sigue siendo la prevención.
Por ello, sostienen que en esta nueva etapa la ciudadanía debe mantener el uso de la mascarilla (que cubra nariz y boca), el distanciamiento físico de 2 metros y el lavado frecuente de manos con agua y jabón. De no ser posible en la calle esto último, usar alcohol.
«Es importante recordar de que el virus necesita de lugares cerrados, de poco aireación, donde hay más hacinamiento, más contactos de gente y aumenta obviamente la exposición de las personas», dice Caputi Oyague, médico clínico infectólogo y jefe del servicio de Infectología de Solca.
Al tener una reunión o un compromiso en un área abierta, aislada, de mayor aireación, el «riesgo disminuye tremendamente», agrega Caputi.
Para Alemán, el educar a la población es vital en esta fase, pues el 50 % de la responsabilidad va a estar en la gente, que debe conocer la percepción de riesgo de cada actividad a realizar, sostiene este experto, jefe de la Mesa de Salud del COE de Guayaquil.