Susana y su hija de 7 meses estuvieron desde las 08:00 hasta las 10:30 en la fila de más de 60 personas, la mayoría con bebés, en los exteriores del centro del Ministerio de Salud (MSP) ubicado en Sauces 3, en el norte de Guayaquil, para que le apliquen la dosis de pentavalente, que se encontraba escasa hace más de dos meses a nivel nacional.
El MSP informó el pasado viernes que desde ese día se regularizaba la aplicación de la vacuna pentavalente, que protege al bebé y al niño de cinco enfermedades, por eso la conocen como “cinco en uno”: difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, Haemophilus influenza tipo b, que causa neumonia y meningitis.
Ella comentó que en noviembre acudió tres veces a diversos dispensarios y le indicaron que regresara en enero; volvió y nada. “Cuando me enteré de que ya el viernes empezaba, vine y hubo más madres. Solo ese día se vacunaron más de 150 niños, me comentó personal que trabaja aquí; entonces, como dijeron que eran 300 dosis para este dispensario, dije ‘sí o sí hago vacunar hoy a la niña’, porque sé que en otros centros también están llenos”, explicó la mujer.
En la fila también había madres que iban a vacunar a sus niños por influenza estacional. “Me da miedo que se resfríe y uno piense que es COVID-19, por lo que de una vez se los hace vacunar. Mire cómo llueve, ahí vienen los resfríos”, explicó Karina, residente de Sauces.
En otros dispensarios, como el de Bastión Popular, también se reportaron largas filas, lo que, pese a la lluvia de ayer, no impidió que los padres con sus hijos en brazos esperaran para que se les colocara la dosis. En las filas de ese dispensario también estuvieron mujeres embarazadas, personas con lesiones, entre otros pacientes más que buscaban atención médica.
Mientras que Karen acudió con su bebé de 9 meses a un centro de salud en las Orquídeas desde las 07:30 de ayer. “Pero recién a las 8 empezaron a atender. Antes de mi habían unas 20 personas como mínimo haciendo cola. Después salían a verificar si tenían las vacunas. En mi caso, sólo alcancé la pentavalente y la de influenza. La de polio, no la tenían… Con eso tengo que ir el siguiente mes, me dijeron. Desde los 6 meses hemos venido a preguntar por esa vacuna, ya han pasado tres meses y nada”, explicó ella.
Acotó que esto sí genera malestar porque los padres tienen que salir en época de lluvia y bajo el riesgo de contagio de COVID-19 a hacer filas, como se evidenció ayer en los centros de salud en la urbe.
Fuente: EL UNIVERSO