La pobreza rural sigue siendo un problema socioeconómico importante en Ecuador. Si bien el crecimiento económico es una condición necesaria para el alivio de la pobreza, de ninguna manera es una condición suficiente. El Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura afirma que el 30% de los hogares rurales no suplieron sus expectativas alimentarias normales, y que otro 5% tuvo una condición más catastrófica. Ney Barrionuevo, director del Rimisp Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural en Ecuador, indica que “Esto se debe a problemas estructurales como la falta de productividad y de acceso a financiamiento, de mecanismos de comercialización inadecuados y de no acceder a tecnologías”.
Ecuador ha experimentado una combinación dañina de alta desigualdad, bajo desempeño económico e instituciones políticas débiles.
Esto ha contribuido a la persistente volatilidad política y al descontento social. Una pequeña élite, que todavía controla una gran parte de la tierra y la riqueza, ha tenido incentivos limitados para aumentar la productividad o invertir en nuevos sectores de la economía. La élite urbana también se ha negado a apoyar una educación pública de alta calidad para todos.