“Justo creando mi cuenta de twttr”. De este mensaje, el primero jamás publicado en la red social, hace mañana, domingo 21 de marzo, quince años, y tras él se esconde una historia de visionarios, traiciones y un éxito inesperado hasta erigirse en el foro sobre actualidad de la opinión pública mundial.
El autor del primer tweet es su cofundador y actual CEO Jack Dorsey. El 21 de marzo de 2006, solo quince años y medio después, lo publicó en una subasta pública en línea y lo publicó en Entre ellos, se hizo una oferta. . Ahora el mayor es 2 millones de dólares.
Una red para los amigos
Cuando la red social del pájaro azul nació hace quince años, sus creadores tenían en mente un producto muy distinto del que conocemos hoy en día, más orientado a ser una plataforma de comunicación entre amigos y conocidos que un gigantesco foro público desde el que durante la presidencia de Donald Trump se llegó a gobernar EE. UU.
“La palabra ‘twitter’ (piar, en inglés) era perfecta. La definían como ‘una corta explosión de información sin importancia’ y ‘el piar de los pájaros’ y eso era exactamente el producto que teníamos”, explicó el propio Dorsey en una entrevista sobre los orígenes de la compañía.
Como en el caso de su principal competidor, Facebook, y de otras tantas empresas tecnológicas exitosas, la narrativa sobre sus principios y sobre a quién cabe atribuir la idea varía según a quién se pregunte, y durante años se obvió la participación de una de las cuatro personas a quienes al día de hoy se considera fundadores.
Traiciones y celos en los orígenes
Evan Williams y Biz Stone (ambos exempleados de Google), Jack Dorsey (por entonces estudiante en New York University) y el emprendedor Noah Glass concibieron el prototipo del producto durante una sesión de brainstorming (lluvia de ideas) cuando todos trabajaban para Odeo, una empresa de podcasts fundada por Glass.
Fue precisamente este último quien lideró el equipo encargado de desarrollar Twitter y a quien los empleados de esa primera época describen como el “líder espiritual” de la plataforma, absolutamente implicado y obsesionado con este nuevo servicio cuya función pocos terminaban de entender.
Sin embargo, Williams -que por entonces se había hecho con el control de Odeo- despidió a Glass por motivos que nunca se han llegado a aclarar (la versión más extendida es un choque de personalidades), y, en paralelo, lo desterró de la narrativa oficial sobre los orígenes de la compañía.
No fue hasta años después, con Twitter ya consolidado como gigante de la comunicación en internet, cuando paulatinamente se fue poniendo en valor la figura de Glass, que admitió sentirse traicionado por su antiguo colega, y a quien actualmente se considera fundamental en la creación de la plataforma.