La gerente del Banco Central, Verónica Artola, mostró la problemática que se vive alrededor de la Reserva Internacional (RI) que no tiene los suficientes activos líquidos para responder por los depósitos que custodia. Sostuvo que solo el encaje depositado por bancos, cooperativas y mutualistas en la entidad bajo su dirección, asciende a $ 5.186 millones, y los activos líquidos para respaldar todas las obligaciones son de apenas $ 5.500 millones. Pero además explicó que de esa cantidad de encaje, solo $ 1.800 millones equivalen al porcentaje obligatorio que debe mantener el sistema financiero. Por lo que, si quisiera el sistema financiero podría sacar mañana mismo $ 3.600 millones, sin ningún impedimento legal.
La explicación la dio esta mañana, ante la Comisión de Régimen Económico, durante la sesión realizada a fin de socializar el proyecto de Ley de Defensa de la Dolarización.
Artola recordó, de otro lado, que en marzo del 2020, habían apenas $ 1.800 millones en la reserva y la demanda de liquidez en ese momento era de $ 1.500 millones por lo que hubo que acceder a créditos de liquidez inmediatos. Insistió en que esos escenarios de deben volverse a repetir, pues considera que si la falta de reservas es suficientemente fuerte, la dolarización podría caer.
Detalló que desde el 2008 hasta el 2016 se hicieron una serie de reformas que fueron vulnerando o debitando las reservas. En 2008 y 2009 se le permitió al BCE que con la Reserva Internacional (RI) pueda dar más crédito a la banca pública para dar crédito productivo. Para Artola, esa medida fue interesante en ese momento, sin embargo a junio del 2017 se logró comprobar que el 65% del monto, fue a parar a gasto público pues de destinó a comprar papeles del Ministerio de Economía y Finanzas.
Todo ello lo dijo para ratificar la necesidad de un Banco Central independiente, que no tenga una política monetaria, que es de mediano y largo plazo, atada a las necesidades de las cuentas fiscales de corto plazo.
Por esta razón pidió a los asambleístas “que escuchen la demanda de 9 de cada 10 ecuatorianos que quieren mantener la dolarización”. Informó que en una economía dolarizada el papel del BCE se convierte en el custodio de la dolarización y garantizar que existan las reservas suficientes para satisfacer la demanda de activos líquidos.
Dijo que la reforma busca que se establezca que el BCE podrá instrumentar la política monetaria, cumplir el rol del tercero confiable, que pueda gestionar el sistema central de pagos y recuperar la fuerza para poder generar análisis macroeconómicos. Además aclaró que en la ley no se habla de la liberalización de tasas, sino que habrán niveles de tasas que serán definidos por el Banco.