Según opinan analistas políticos, por “meritocracia, ser apolíticos y buscar un equilibrio de género e ideología” se habría escogido a los ocho ministros del frente social para el gobierno de Guillermo Lasso, que el pasado lunes fueron presentados mediante una transmisión.
Irene Vélez, analista política, considera que se mostró “un círculo social no cercano” al presidente electo y que privilegió la hoja de vida profesional.
Además, apunta que “Lo que se ha visto es el currículum. No se ha visto que es el pago de una cuota política. (…) habría que esperar a la siguiente parte de la conformación del gabinete. Pero también hubo equilibrio tanto en representación de hombres como mujeres, e incluso étnico”.
Francisco Palomeque, consultor, también concuerda que no hubo “las acostumbradas hojas de vida relacionadas con la lucha social o grupos de ese ámbito, que no son despreciables por si acaso, pero por ejemplo María Elena Machuca, quien va para el Ministerio de Cultura, ha trabajado en cursos internacionales y etcétera. Son currículums que van guardando el perfil ideológico de quien los escogió”, señala.
A esto Vélez resalta la experiencia de María Brown, escogida para el Ministerio de Educación: “Es una persona que ha trabajado en políticas públicas no solo a nivel nacional, sino regional con la Unesco”.
De esta forma, Vélez no cree que los ochos ministros del frente social e incluso Montaño, al ser el rostro más conocido, sean una “cuota política” por varias razones: “Ella empezó con el movimiento político CREO y después fue independiente y ahora termina siendo ministra, y eso demuestra que no es del círculo más fiel a Guillermo Lasso sino que han tenido que abrirse y ver las capacidades de las personas y cumplir la agenda que demandó la ciudadanía”.
Para la experta, esa fue una muestra del llamado al diálogo y al encuentro que Lasso viene impulsando.
Palomeque hace referencia a la estructura correísta y morenista a lo largo de los últimos catorce años. Y dice que podría existir dificultad en el cumplimiento de las ofertas de campaña que Lasso les indicó durante la presentación de cada uno de los ministros.
Los ejemplos serían, Ximena Garzón, quien será ministra de Salud, estará a cargo de ejecutar la vacunación a 9 millones de ciudadanos en los 100 primeros días de gobierno. A Darío Herrera como ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda le encomendaron entregar 200.000 casas en zonas rurales y campesinas; Bernarda Ordóñez, para la Secretaría de Derechos Humanos, a iniciar la lucha contra la violencia de género y el femicidio. Y a Alejandro Ribadeneira, que estará al frente de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), Lasso le pidió impulsar la reforma a la Ley de Educación Superior.
Palomeque, asegura que en ese proceso, habrá desgaste. “Se va a requerir de una verdadera inteligencia política y ser muy sagaz para que en el desmonte el desgaste no los sobrepase. Normalmente estos procesos, que traen desgaste, hacen que las personas no duren más allá de siete meses porque el trabajo es fuerte”.
Y ante este escenario, según Palomeque, se requería tomar decisiones inteligentes. “La decisión que se tome ahora tiene que ser parte del principio de la preservación del Estado como organización independiente al tema político. Los puestos directivos tienen que ser colocados por el ministro y tener una afinidad al proyecto”, señala.
Aún falta que el presidente electo, Guillermo Lasso, quien se posesiona el próximo 24 de mayo, anuncie los otros funcionarios del frente económico, como de los ministerios de Finanzas, Agricultura, Trabajo, Producción; y del frente político, como los ministerios de Gobierno, Relaciones Exteriores, Defensa, entre otros.
En tanto que Simón Cueva Armijos y Carlos Cueva González , fueron incorporados al equipo de transición. Ellos se unen a Iván Correa y Juan Carlos Holguín, quienes trabajan en la recepción de la información gubernamental.
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