Pediatras y la Unicef advierten riesgos de la falta de inmunización en el contexto de la pandemia COVID-19.
Margarita, de 35 años, llegó con su sobrino de 3 meses al centro de salud del Ministerio de Salud (MSP) en las calles Noguchi y Cuenca, en el centro. Le mostró la cartilla a la enfermera del punto de vacunación y ella la quedó viendo y le dijo: No hay pentavalente. Está agotada a nivel nacional. Y la del rotavirus hay en el dispensario de la calle Francisco Segura, solo allí hay.
“Voy a decirle a la mamá que no le pudieron poner ni una, a ver si mañana voy al otro centro de salud a ver si hay, ella ahorita está trabajando y yo le ayudo a cuidarlo”, comentó la mujer al salir desanimada de ese dispensario.
La escasez de dosis del programa de vacunación pediátrico en los centros de salud preocupa otra vez a padres de familia. En las últimas semanas, ciudadanos reportan que han acudido a cumplir con la cita de vacunación de sus niños en los centros de salud, pero no hay las dosis, les cambian de fecha y se atrasan, muchos optan por ir de dispensario en dispensario para ver si alcanzan a inmunizar a sus niños.
Así mismo, Romina, acudió al dispensario de Sauces 3, en el norte, con su bebé de un año para vacunarla contra fiebre amarilla y sarampión. “Me topé con un letrero en la puerta: Francisco de Orellana BCG. Eso quiere decir que esas vacunas no se aplican ahí. Entonces solo me pusieron la de sarampión, ya que no había la de fiebre amarilla, esas dosis van juntas luego no tiene la misma reacción. También me deben otras vacunas como la de influenza, qué pasa que están derivando a otros centros de salud, por qué hacen creer que está normal, hay carencia. Cómo cuidamos a nuestros niños”, cuestionó la mujer.
La vacuna pentavalente, también conocida como la dosis cinco en una, protege a los niños contra la difteria, el tétanos, la tosferina, la hepatitis B y Haemophilus influenzae de tipo B (Hib), que causa neumonía y meningitis.
Vladimir Vélez, pediatra, explicó que cada vacuna tiene su protección específica y que todas son muy importantes, por eso es un programa de vacunación, porque debe cumplir esa rutina oportuna para tener un escudo contra esas enfermedades sobre todo ahora en medio de la pandemia del COVID-19.
Además, mencionó , “Si vemos el contexto del COVID-19, un niño que tenga este virus y que sus síntomas no son tan notorios o que muchos no tienen síntomas incluso, pero si tiene una enfermedad coadyuvante se convierte en un caso muy complejo. Por ejemplo, si no se le protege del neumococo, un paciente puede tener una neumonía por esta afección bacteriana, más el COVID-19 es una bomba de tiempo, un cuadro muy complejo”, lamentó el especialista.
Agregó que la falta de inmunización a estas enfermedades, sumada la desnutrición que existe en niños y si se llegaran a contagiar de COVID-19 crea un escenario de mucho riesgo, por lo que la inoculación de las dosis del programa pediátrico es vital, debe ser oportuna.
El esquema de vacunación infantil regular (BCG, hepatitis B pediátrica, rotavirus, neumococo, pentavalente, flPV, bOPV, varicela, DPT, SRP) es distribuido a los puntos de salud a nivel nacional del MSP para atender la inmunización de los niños menores de 5 años, ´pero ante la escasez de las vacunas tradicionales, algunos padres optaron por adquirirlas en centros o consultas privadas. Los costos, como la de la pentavalente, estaban entre los $ 75 y $ 125 en Guayaquil.
Joaquín González-Alemán, representante de Unicef Ecuador, hizo un llamado de atención al Gobierno de Ecuador para planificar, dotar de recursos y asegurar el personal sanitario para que cada niño y niña reciba sus vacunas completas y a tiempo, ya que es crucial para que no mueran por causas evitables. La inmunización salva entre 2 y 3 millones de vidas cada año a nivel global, afirmó en un comunicado el pasado miércoles.
Según un análisis llevado a cabo por los investigadores de la escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública, publicado en la revista académica The Lancet Global Health, se estima que en 2020 en el Ecuador pudo incrementarse hasta 2.282 el número de muertes en niñas y niños menores de 5 años respecto de 2019 por efecto de la reducción de las coberturas de servicios esenciales en el marco de la pandemia.
“La inmunización es una intervención fundamental y un elemento crítico para combatir uno de los mayores problemas de salud pública que enfrenta la niñez del país, la desnutrición crónica infantil. Por ello, las vacunas deben llegar a todos los niños y niñas del Ecuador sin discriminación alguna”. No hacerlo, según la entidad, podría desencadenar “un retroceso sin precedentes”.
La vacunación en la niñez, previene discapacidades y reduce el número de muertes por enfermedades infecciosas: polio, difteria, sarampión, meningitis, paperas, tosferina, neumonías, infecciones por rotavirus y tifoidea. En las siguientes etapas de la vida permite prevenir cánceres relacionados con infecciones, como el VPH y favorece a que las personas adultas mayores tengan vidas más sanas y largas.
Foto cortesía Jazmín Solís