Lamentan que se quiera relacionar su proyecto con lo sucedido con la propuesta Letras Vivas (de la Dirección de Cultura del cabildo) o con denuncias por contratos de limpieza de zonas regeneradas, adjudicados en el 2020 (estos últimos, a cargo de la Fundación Municipal Guayaquil Siglo XXI).
Además, cuentan que su propuesta no tiene punto de comparación con los contratos cuestionados y que desde el inicio de la concepción del proyecto buscaban resaltar la identidad histórica y cultural de Guayaquil, enfocada en la importancia de su proceso independentista, que dio paso y motivó también la liberación de la nación.
Son los artistas del proyecto denominado Óleos del Bicentenario, que fue adjudicado el 13 de abril pasado, por $ 445.000, a Christian Moreano, el único artista invitado para esta contratación que se hizo por régimen especial, como les permite la Ley de Contratación Pública.
La obra consistía en la entrega de seis cuadros pintados al óleo (en lino), referentes a batallas independentistas de Guayaquil y de Ecuador. Los tamaños de las pinturas oscilaban entre 2,7 metros por 3,6 metros, el más pequeño, y 2,5 x 7,5 metros, el más grande, con costos que iban entre los $ 53.677,72 y $ 103.545,00, en ese orden.
En el proyecto trabajaba Moreano con dos artistas más: Demetrio Soberón y Jhonald Delgado Troya (conocido por su nombre artístico, Jhonald Troya), y no descartaban contratar a otros pintores.
Pero la adjudicación de esta obra y su monto en tiempo de pandemia por el COVID-19 trajo críticas y volvió a levantar la polémica, que ya venía arrastrando el Municipio de Guayaquil por Letras Vivas y por los contratos de limpieza.
Ante los contratos por limpieza, el cabildo porteño anunció, al caer la tarde del martes 27 de abril, que se suspendía definitivamente este proyecto, así como el de la construcción de la plaza cultural (Auditorio del Pensamiento Libertario José de Villamil o Casa Villamil), que iba a estar en las calles Panamá y Tomás Martínez y donde se iban a exponer los seis cuadros pintados al óleo.
Los tres pintores que han trabajado en el proyecto son artistas plásticos, especializados en pintura al óleo, con más de dos décadas de trayectoria.
Soberón y Delgado Troya, cuentan que para este proyecto trabajan de lleno desde el 2017. Empezaron con la parte histórica, con la investigación, con las visitas de campo y con recorridos también por otras ciudades del país, para conocer y entrevistar a descendientes de los patriotas de las gestas libertadoras, además de la parte bibliográfica que la hablaron con varios historiadores, cronistas y diseñadores.
Incluso recrearon armamento, trajes, escenarios y otros elementos que se utilizaron en esa época. “Llegamos a municipalidades donde incluso no sabían (su gente y sus autoridades) que en esos sitios se habían librado batallas importantes para el país”, expone Soberón, quien sostiene que se ha criticado el proyecto sin que el público lo haya conocido en su real magnitud, y agregan que todavía trabajan en mejorar los bocetos de los cuadros.
Delgado Troya menciona que esta obra es importante porque Guayaquil no cuenta con una iconografía histórica similar que permita conocer, a través de lo visual, como la pintura, parte y detalles de sus procesos libertadores históricos.
“Acá tenemos más la imaginación, lo que está escrito en los libros…, pero no es el tipo de obra que es realmente importante para su población. La historia de Guayaquil tiene aspectos muy bonitos y poco conocidos, que valen la pena conocer, saber más de nuestra historia”, expone Delgado Troya.
El proyecto real es de doce cuadros. Pero les aceptaron solo seis para la obra municipal.
Los nombres de los cuadros que debían entregar eran Fragua de Vulcano, Creación de la bandera de Guayaquil, La madrugada del 9 de Octubre, Firma del acta de independencia, Batalla de Camino Real y Batalla del Pichincha.
Soberón, afirma que las pinturas son casi tres veces más altas que la estatura promedio de un guayaquileño. Es la segunda vez que les cancelan el proyecto.
La primera vez lo presentaron en diciembre del 2019 y el Municipio lo aceptó tiempo después, pero con la llegada del COVID-19, en marzo del 2020, les detuvieron el proceso para destinar los fondos económicos solo al manejo de la pandemia. Ahora, dicen, ocurrió lo mismo.
Ellos esperan que en su momento las autoridades pueden volver a considerar este proyecto que para ellos estaría bien, pero que la ciudadanía critica por el tiempo que vive el país a causa del Covid-19.
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