La bióloga Patricia Jaramillo es la líder del proyecto Galápagos Verde 2050 y coordinadora de las Colecciones de Historia Natural de la Fundación Charles Darwin.
El fenómeno techo de cristal ha afectado todos los sectores laborales a lo largo de la historia, incluyendo el ámbito de la ciencia, donde solo el 30% de investigadores en el mundo son mujeres, según un informe de la Unesco en 2020.
Esta problemática social limita a las niñas a elegir en el futuro una carrera científica. Sin embargo, en Ecuador hay mujeres que inspiran y promueven la participación de otras mujeres en la ciencia. Mujeres como la bióloga Patricia Jaramillo.
En marzo de este año, la televisora internacional DirecTV la seleccionó como “mujer inspiradora” gracias a su mérito científico, en el que Jaramillo aseguró encontrar barreras y personas que no creían en ella por ser mujer.
El reconocimiento por su labor fue una noticia reconfortante, explica, porque se pudieron visibilizar los esfuerzos diarios en su trabajo bajo la sombra de los estereotipos de género. Ante ello, la ecuatoriana asegura sentirse comprometida a continuar con sus esfuerzos y siente la responsabilidad de no bajar la guardia ante las desventajas sociales.
Jaramillo, comenta, “Hay una tendencia a pensar que las mujeres somos inferiores a los hombres y más aún cuando se trata de hacer investigación de campo en un terreno tan agreste y en condiciones extremas como lo son las islas Galápagos, donde para poder desarrollar nuestro trabajo en islas remotas tenemos que cargar hasta el agua que tomamos”.
La inspiración en la ciencia llegó a Patricia gracias a su madre y los valores transmitidos en casa: honradez, dedicación, perseverancia y el trabajo con amor. Son estas las cualidades que ella ahora ve reflejada en su propia familia, especialmente en su hija mayor, a quien describe como su “escuela para ser mejor y no darse por vencida”.
Su primera opción era estudiar medicina, pero el aspecto económico jugó en contra. Patricia debió trabajar para solventar sus estudios y apoyar a su madre en la crianza de sus cinco hermanos. “Decidí no estudiar medicina porque la necesidad así lo exigía”, comenta. “Pero un día mi madre llegó y me dijo: ¡Ya estás inscrita en la Universidad, hija, vas a estudiar biología! (…) Hasta ahora no logro entender cómo hizo para buscar un camino universitario para mí, en medio de tantas necesidades económicas en donde debías escoger, donde se come un día y mañana no se sabe”.
En la actualidad, desde la biología, su trinchera en el mundo científico, ha desarrollado numerosos proyectos de investigación aplicada sobre especies de flora amenazada, interacciones planta-animal y restauración ecológica, que es su pasión y principal línea de investigación junto a las colecciones de Historia Natural.

Otro logro que ha recogido es dentro de la Fundación Charles Darwin, implementando el proyecto Galápagos Verde 2050. Este es un proyecto de restauración ecológica con un fuerte enfoque de investigación aplicada, que abarca dos componentes de largo plazo: la restauración ecológica de ecosistemas degradados y la agricultura sostenible. Por ello, su proyección al año 2050 y su contribución a la conservación de la integridad ecológica y de la biodiversidad del archipiélago, como al bienestar de su población humana y con ello a la sostenibilidad se vuelven partes intrínsecas del mismo.
Además, mencionó, “la naturaleza es como es y no podemos cambiarla, lo que debemos cambiar es las relaciones entre los seres humanos y desarrollar las condiciones para que toda la población pueda satisfacer sus necesidades básicas (no suntuarias)”.
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