Luis H., el esposo de Lisbeth Baquerizo y principal sospechoso de su femicidio, habría enviado una carta a la Fiscalía con su versión de los hechos del 21 de diciembre, día en que la mujer de 30 años fue asesinada en una vivienda de la urbanización Puerto Azul.
La carta de cuatro hojas llegó la semana pasada a la fiscal Yoli Pinillo, quien ahora investiga el caso. Era justo el día en el que se cerraba la instrucción fiscal, cuando el abogado Alexander Espinales, quien defiende a la familia del sospechoso, llegó como emisario.
Según el viudo, cuando él llegó a la casa ya encontró a su esposa sin vida. Además, asegura que habían más personas en la vivienda a la hora en la que Lisbeth fue asesinada.
El abogado indicó que existieron serias amenazas de muerte contra Luis H. y su familia por parte de los asesinos (no especifican la identidad) y que se vieron obligados a recrear el supuesto accidente en la escalera y a engañar a la familia Baquerizo.
Espinales dijo que por respeto a la familia de Lisbeth no podía dar más detalles del caso.
Mientras tanto, el abogado Silvio Enríquez, quien representa a los Baquerizo, asegura que la carta no ha sido admitida como versión, pues Luis H. está prófugo y el documento no tiene ningún respaldo, no está apostillado o notariado.
Para los padres de la fallecida son ‘patadas de ahogado’.
“Este hombre tiene más creatividad que Steven Spielberg”, dice Virginia Muñoz, la madre de Lisbeth, quien ha acudido casi a diario a la Fiscalía desde que su hija fue asesinada.
Este viernes, ella y su esposo, Mario Baquerizo, estuvieron en el despacho esperando a que Richard A., el formolizador del cuerpo y único detenido por ahora, diera su testimonio anticipado de los hechos.
El trabajador de la funeraria declaró que Luis H. y su padre Bolívar H. le habían dicho que preferían que no se le hiciera autopsia a Lisbeth, que la madre de la fallecida pidió que no hicieran el examen médico legal y aseguró que, pese a haber tratado el cadáver, nunca vio las heridas en la cabeza.
Solo admite haber visto un pequeño corte en la frente y un moretón en el cuello.
Por la muerte de Lisbeth hay dos casos abiertos: femicidio y fraude procesal.
Por el caso de femicidio se investiga al viudo y a un trabajador que llevó a Luis H. en moto a Puerto Azul, sin embargo, ese hombre nunca entró a la vivienda, según se evidencia en las cámaras.
Por fraude procesal (por intentar ocultar el crimen) son siete procesados: Luis H., sus padres, su hermano mayor, el formolizador que trató el cuerpo, el médico que imprimió el acta de defunción y el hermano del médico que supuestamente trasladó el documento.