La Corte de Nueva York condenó a Ramiro Luque Flores, de la empresa ecuatoriana Galileo Energy S. A., a cuatro años de libertad bajo palabra por el caso de sobornos en Petroecuador.
Los seis primeros meses de esos cuatro años serán bajo el régimen de detención domiciliaria. Luque Flores, nacido en Argentina, deberá pagar $ 30.000 de multa y devolver $ 2,1 millones. El delito, cometido entre 2013 y 2017, es “conspirar para defraudar al gobierno de Estados Unidos”, señala la sentencia.
En el mismo caso, la Corte desechó el pedido de la estatal Petroecuador de ser considerada víctima y le negó cualquier tipo de restitución.
El proceso arrancó en marzo de 2017, cuando Luque se instaló en EE. UU. porque en Ecuador se había abierto una investigación a raíz de la publicación de los Papeles de Panamá. Los fiscales lo detuvieron allá y lo acusaron de participar en un esquema de sobornos y de lavado de dinero que ascendía a por lo menos $ 3,2 millones en coimas pagadas a cuatro funcionarios de Petroecuador. El caso, en el que al inicio también se había incluido a Gustavo Trujillo Franco (principal de Madison Asset LLC), se mantuvo en secreto por varios meses.
Según constaba en los Papeles de Panamá, Luque había tramitado el registro de empresas en Panamá para el entonces coordinador de Proyectos de la Refinería de Esmeraldas, Álex Bravo Panchano, y para el coordinador de Gestión Empresarial de Petroecuador, Arturo Escobar Domínguez, a través del estudio Mossack Fonseca.
Para octubre de 2017, el excontratista de Petroecuador se declaró culpable y comenzó a colaborar con la justicia estadounidense, a tal punto que viajó a Miami a reunirse y grabar clandestinamente sus conversaciones con Frank Chatburn Ripalda.
En total fueron 23 grabaciones que sirvieron a los fiscales estadounidenses para acusar a Chatburn en otro proceso que se siguió en Miami.