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MPS, recurso judicial ordena replantear el plan de vacunación contra el COVID-19

by Kelvin Jarama

La Defensoría del Pueblo debe participar como garante del proceso de vacunación, dicta un juez que acogió una demanda de acción de protección.

“En todas las fases de vacunación se han vulnerado los derechos de las personas pertenecientes a grupos de atención prioritaria, exponiéndolas a aglomeraciones y atentando contra sus vidas”. La expresión de Zaida Rovira, defensora del Pueblo subrogante, no es una queja más, sino el reconocimiento de un juez de Guayaquil que el miércoles acogió la demanda de acción de protección planteada por la entidad debido a las fallas del Plan Vacunarse.

Dicha resolución judicial ordena al Ministerio de Salud Pública (MSP) a reformular el plan de vacunación por COVID-19. Específicamente, manda a que se implementen más puntos de vacunación.

Apenas 24 horas después de la orden de la justicia, el MSP anunció el incremento de 201 puntos de vacunación a nivel nacional. Ese mismo día, Segundo Moyón, albañil de 71 años, fue inoculado con la segunda dosis en Cuenca, igual que Manuel Chimbolema, con discapacidad física del 90%, en Guaranda; y María Lituma, de 102 años, en Sígsig, entre otros ciudadanos.

El MSP no tiene capacidad para instalar 201 puntos de vacunación de un día para otro; eso ya estaba previsto, por lo que no se trata de una acción que acata la resolución judicial, que también ordena que se transparente el proceso, que se haga un listado público de los vacunados, de los recintos de inoculación, los horarios y la cantidad de vacunas.

En tanto que, el juez de la causa también ordena que, en la reformulación del plan, se destinen lugares de vacunación con espacios de espera adecuados, seguros y accesibles, para que no ocurra, por ejemplo, lo que pasó el 7 de abril en Quito, cuando cientos de adultos mayores hicieron fila por horas bajo la lluvia.

Según datos del MSP de acuerdo con una declaración para la televisión pública del doctor Salomón Proaño, viceministro de atención integral en salud, que supervisó una jornada de vacunación el jueves en Otavalo, “solo cuando una persona ha recibido las dos dosis se puede decir que está vacunada”. Aquel día, 1′225.735 personas ya tenían la primera dosis y 401.335 estaban vacunadas con la segunda, a nivel nacional.

La espera bajo la lluvia no ha sido el único caso de desorganización del MSP al momento de inocular a los ciudadanos. Poco tiempo después de las primeras dosis contra el COVID distribuidas en el país, se supo por boca del propio presidente Lenín Moreno que no había más que un plan “en la cabeza” del entonces ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, quien a finales de febrero salió del cargo y del país luego de haberse administrado vacunas en una residencia privada en la que se encontraba su madre.

Las quejas ciudadanas no se hicieron esperar cuando las autoridades decidieron que para acceder a una vacuna, los adultos mayores debían inscribirse mediante una página web que no servía o mediante una línea telefónica que no daba respuesta a todos quienes querían recibir la vacuna.

El escándalo social fue más intenso cuando se conoció que un grupo de personas del Club Rotario de Samborondón accedió a las vacunas días antes de que se abriera el registro para los adultos mayores en la plataforma que no funcionó como el Gobierno esperaba.

Para bajar la carga de usuarios en la plataforma de inscripción, el MSP hizo lo que muchos gremios y especialistas habían sugerido: que los jubilados del IESS y beneficiarios de bonos del MIES no se inscriban en ella, sino que se usen las respectivas bases de datos para anotarlos automáticamente, pero hasta ahora hay muchos usuarios que aún esperan el llamado, pues no constan en la página web dispuesta para que los pensionistas sepan la hora y el lugar adonde deben acudir a vacunarse.

Por todo eso, la orden judicial para que el MSP reforme el plan de vacunación incluye que el registro sea por diversos medios y que la Defensoría del Pueblo actúe como garante.

Dado que la orden judicial se dio a pocos días del final del mandato de Moreno, será el gobierno de Guillermo Lasso al que le toque cumplir lo dispuesto por la justicia.

Respecto al plan, Lasso ya ha designado una comisión multidisciplinaria con el objetivo de aplicar un plan de vacunación masiva, que usará la base de datos y toda la logística de las últimas elecciones organizadas por el Consejo Nacional Electoral.

Por consiguiente, los problemas desde que empezó la vacunación contra el COVID-19 en Ecuador se pueden evidenciar en el simple hecho de que, desde enero hasta este 24 de mayo en que termina el mandato de Lenín Moreno, la Cartera de Salud ha estado marcada por la inestabilidad de los ministros a su cargo, cuatro en el 2021.

El 21 de enero de este año se colocaron las primeras vacunas contra el coronavirus a personal de salud. 8.000 dosis de Pfizer llegaron para inocular a médicos y adultos mayores que se encontraban en centros gerontológicos, según anunció el entonces ministro Juan Carlos Zevallos.

Pero solo dos días después de las primeras inoculaciones se conoció que su madre había recibido la primera dosis de la vacuna en una residencia exclusiva para ancianos en Quito, que no era parte de la lista de hospitales y geriátricos que debían recibir las vacunas ese día.

Foto cortesía

Durante la fase piloto se confirmó que personal administrativo de los hospitales recibió la vacuna, dejando de lado a los médicos de primera línea. Luego, Zevallos invitó a vacunarse a rectores de universidades, que lo rechazaron, y también a ciertos periodistas de la tercera edad.

Moreno reconocería después que un nuevo ministro (Mauro Falconí) “trabajó todo el fin de semana, sin descanso, para producir un plan que pueda ser de utilidad, un plan que nosotros pensábamos que existía, pero que seguramente estaba en la cabeza del señor ministro”, en alusión a Zevallos.

Entre las gestiones de Zevallos y Falconí, Rodolfo Farfán estuvo apenas 18 días en el cargo, pero su administración tampoco estuvo exenta de problemas. Nombrado como ministro el 1 de marzo, diez días después se conoció que dos tiktokers recibieron ambas dosis de la vacuna, a pesar de que ninguno de los dos trabajaba en un hospital. La Fiscalía abrió una investigación.

Vacunados del Club Rotario

El 12 de marzo más de 500 socios del Club Rotario de Samborondón recibieron la vacuna sin seguir el proceso del plan de vacunación para inmunizar a los adultos mayores, que recién iba empezar el lunes 15 de marzo. Ese día tenía que habilitarse el sitio web www.planvacunarse.ec para que los ciudadanos de la tercera edad tomaran una cita para recibir la vacuna. Pero la plataforma no funcionó y días después presentaba intermitencias en el servicio.

En la Intromisión, un día antes de que Farfán sellara su paso fugaz por el ministerio, se hizo pública la renuncia del gerente del Plan Vacunarse, Roberto Tandazo. Él dijo que existía “injerencia directa de entes superiores en el desarrollo del plan, la distribución del biológico y la ejecución de la campaña”. El exgerente dijo que era “preocupante la situación” del Plan Vacunarse.

Tras la renuncia de Farfán, el 19 de marzo Moreno nombró a Mauro Falconí como su quinto ministro de Salud, tercero desde que se aplican las vacunas contra el COVID, quien aseguró que no encontró “un plan estructurado” para esa finalidad y lo tuvo que armar en 72 horas. Pero luego, mediante un audio filtrado en redes sociales, se supo que el ministro no disponía de información completa, lo que él reclamó a sus subalternos.

El propio Moreno removió a Falconí del cargo el 7 de abril, al responsabilizarlo por la larga espera de personas de la tercera edad en Quito, bajo la lluvia, que acudieron a vacunarse y no lo lograron finalmente por falta de material. “Nuestros adultos mayores merecen el máximo respeto. Lo sucedido el día de hoy no tiene justificación. He solicitado la renuncia al señor ministro de Salud y será reemplazado por el doctor Camilo Salinas”.

Contradicciones

Como parte de sectores estratégicos, el presidente Moreno dispuso que se vacune a periodistas, camarógrafos y fotógrafos que hacen reportajes en hospitales o entidades públicas. Sin embargo, el 3 de mayo, al ser consultado si esto se ha cumplido, Salinas dijo: “Si son mayores de 65 años, bienvenidos sean”. Es decir, no hay vacunas por el riesgo de trabajo, sino únicamente por la edad. 

Foto cortesía API

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