De gobernador del Guayas a primer mandatario. Guillermo Lasso dejó una exitosa carrera en la banca para dedicarse a la política de lleno.
Guillermo Lasso Mendoza asume hoy como cuadragésimo séptimo presidente de la República después de nueve años de un recorrido político electoral que se inició formalmente en el 2012 con la habilitación del movimiento Creando Oportunidades (CREO), que fundó junto a uno de sus amigos más cercanos, César Monge, quien será ministro de Gobierno.
Su primera incursión en la función pública se dio en agosto de 1998, cuando fue nombrado gobernador del Guayas en la presidencia de Jamil Mahuad. Este designó como ministra de Gobierno a Ana Lucía Armijos. Fue ella quien lo invitó a ocupar el cargo.
En tanto que, Lasso la había conocido cuatro años antes cuando Armijos era presidenta de la Junta Monetaria y él representaba a los bancos privados.
Meditó por varios días aceptar esa nominación. Lo había sorprendido, porque su vida se había desenvuelto en el sector privado y pensaba que podía apoyar en áreas de economía y producción, pero no un cargo “tan político” como ese.
Lasso, a los 15 años de edad, empezó a trabajar para pagar sus estudios, emprendió en negocios y escaló puestos en varias instituciones financieras y empresas. Cuando le llegó la propuesta era presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil.
Su paso por la Gobernación le dejó enseñanzas, relata en su libro Carta a mis hijos (2011), porque enfrentó las experiencias del quehacer público.

Recuerda que, en su primer día, un edecán le entregó un sobre con dinero en efectivo de la Oficina de Pasaportes, que se había producido para el despacho de la Gobernación.
Pidió devolverlo y pronto fue hasta las oficinas. Se enteró de que se cobraba a los ciudadanos una tasa extra para el gobernador. Ordenó que se suspendiera el cobro y se remodeló la dependencia.
Además, relata en su libro. Fue como gobernador, cuenta, que “tomó conciencia cabal de las debilidades institucionales que afectan al país. Que las leyes no siempre se cumplen ni son iguales para todos. Y requiere una combinación de gran firmeza y capacidad de diálogo en la actividad de gobierno para hacer cumplir las normas y para resolver los conflictos”.
En agosto de 1999, Mahuad lo designó superministro de Economía en plena crisis generada por el feriado bancario, decretado en marzo de ese año. Apenas duró un mes en funciones. En su libro señala que firmó solo dos cosas: el acta de asunción y la renuncia.
Con el país ahogado en una crisis económica, le recomendó a Mahuad que si debía tomar una decisión, esta sería que el país compre su propia deuda externa. Al final, se declaró la moratoria.
Lasso renunció en septiembre porque “no podía formar parte de una moratoria”. Mahuad no le aceptó la renuncia. Lo llamó muchas veces, pero igual se fue, dice en su libro.
Volvió al sector público por un corto tiempo. Entre enero y abril del 2003 se desempeñó como embajador itinerante del gobierno de Lucio Gutiérrez. Entre sus funciones estaba realizar contactos con el Gobierno de Estados Unidos y organismos multilaterales.
En el 2009, el mismo Gutiérrez le ofreció ser candidato a la Presidencia. Pero no aceptó, pues su proyecto Banco del Barrio estaba en formación.
Fue en mayo de 2012 que finalmente dio el salto a la política al anunciar su renuncia a la presidencia ejecutiva del Banco Guayaquil luego de 20 años como directivo.
Con su Fundación Ecuador Libre, que emprendió con el apoyo del expresidente de España José María Aznar, empezó a gestar un plan de gobierno con tonos liberales.

Ya en septiembre del mismo año, el Consejo Nacional Electoral (CNE) inscribió al movimiento CREO, con 163.765 firmas válidas, de 200.489 que habían sido procesadas.
Abierto ese camino electoral, se postuló por primera vez como candidato a la Presidencia de la República, en las elecciones del 2013, y compitió contra otros siete incluyendo al expresidente Rafael Correa.
Alcanzó una votación del 22,7%, 1′951.102 votos, ubicándose en el segundo puesto. Correa ganó en la primera vuelta con el 57,2%, 4′918.482 votos.
En el 2017, con ocho aspirantes inscritos, lo intentó de nuevo bajo la coalición CREO-SUMA .
En la primera vuelta, Lasso tuvo 2′652.403 votos, el 28,1% del electorado. En la segunda vuelta votaron por él 4′833.389, el 48,84%. Lenín Moreno lo venció con 5′062.018, el 51,2%.
Su participación en las dos últimas elecciones, 2017 y 2021, estuvo marcada por la sombra del fraude.
En el 2017, él reclamaba que se le había hecho un fraude electoral. El sistema informático del CNE experimentó un ‘apagón’, lo que propició las dudas en CREO.
Interpuso recursos legales con los que logró que se hiciera un recuento de más de 3.000 actas de escrutinio, que finalmente confirmaron el triunfo de Moreno.
Tras las elecciones de la primera vuelta del 7 de febrero pasado, fue el excandidato de PK, Yaku Pérez, que se disputaba con Lasso el puesto en la segunda vuelta.
Lasso pasó y ganó las presidenciales con 4′656.426 votos, el 52,36%, frente al candidato del correísmo, Andrés Arauz, que tuvo 4′236.515 votos, el 47,64%.
El nuevo presidente se ha descrito como un hombre que no teme a los desafíos. Y este es el mayor de su vida. Llega “cargado de maletas e ilusiones” a Carondelet con la expectativa a su favor del 55% de encuestados, que según la firma Cedatos, están ‘optimistas’ por el cambio de Gobierno.
Foto cortesía EFE