Home Comunidad El aroma a cacao regresa a la calle Panamá con la inauguración de museo que celebra la identidad guayaquileña

El aroma a cacao regresa a la calle Panamá con la inauguración de museo que celebra la identidad guayaquileña

by Kelvin Jarama

La música de Schubert Ganchozo invadió la tradicional e histórica calle Panamá, al mismo tiempo un grupo de bailarines lo acompañó al compás de sus sonidos folclóricos. Enseguida, la potente voz de la soprano Beatriz Gil Parra se tomó el lugar para cantarle a la ciudad que tanto ama. Y así la mañana de este miércoles, que estuvo marcada por una suave brisa proveniente del manso Guayas, fue testigo de la inauguración del Museo del Cacao de Guayaquil, que a partir de ahora abre sus puertas en una de las calles más históricas de la urbe porteña.

“Aun en los malos tiempos Guayaquil nunca paró de trabajar, Guayaquil se siguió construyendo. Por eso este año de pandemia pudimos levantar algunas obras”, expresó la alcaldesa Cynthia Viteri.

“Es como un viaje a la historia de una ciudad que no paró nunca, hecha por su gente, sostenida por su gente, con el ímpetu de su gente. Guayaquil es grande porque su gente la hace grande”, añadió la alcaldesa, quien destacó el valor de las maquinarias para el procesamiento del cacao donadas por Jean Paul Burrus.

El empresario francés desarrolló la Fábrica del Chocolate, instalada en la planta baja, en donde se muestra todo el proceso de elaboración del chocolate desde la mazorca hasta la barra de chocolate, para finalmente vender el producto en el lugar.

La música de Schubert Ganchozo invadió la tradicional e histórica calle Panamá, al mismo tiempo un grupo de bailarines lo acompañó al compás de sus sonidos folclóricos. Enseguida, la potente voz de la soprano Beatriz Gil Parra se tomó el lugar para cantarle a la ciudad que tanto ama. Y así la mañana de este miércoles, que estuvo marcada por una suave brisa proveniente del manso Guayas, fue testigo de la inauguración del Museo del Cacao de Guayaquil, que a partir de ahora abre sus puertas en una de las calles más históricas de la urbe porteña.

“Aun en los malos tiempos Guayaquil nunca paró de trabajar, Guayaquil se siguió construyendo. Por eso este año de pandemia pudimos levantar algunas obras”, expresó la alcaldesa Cynthia Viteri.

“Es como un viaje a la historia de una ciudad que no paró nunca, hecha por su gente, sostenida por su gente, con el ímpetu de su gente. Guayaquil es grande porque su gente la hace grande”, añadió la alcaldesa, quien destacó el valor de las maquinarias para el procesamiento del cacao donadas por Jean Paul Burrus.

El empresario francés desarrolló la Fábrica del Chocolate, instalada en la planta baja, en donde se muestra todo el proceso de elaboración del chocolate desde la mazorca hasta la barra de chocolate, para finalmente vender el producto en el lugar.

“Este museo les rinde homenaje a los montubios. Guayaquil ya tiene aroma de cacao, ya recupera su característica”, agregó Gallardo, quien confesó que la recuperación de este bien patrimonial comenzó en la alcaldía de Jaime Nebot. “Él me respondió muy sencillamente, no hay fondos”, recordó la funcionaria, quien gestionó la búsqueda del concesionario e inversionista con la venia y confianza del entonces alcalde. Y de esta manera hizo realidad lo que tanta visionaba, el Museo del Cacao.

“Cuando alguien persigue el bien común por la ciudad que uno tanto ama, todo se pone en orden divino. Asumí este reto, uno de los más grandes de mi vida, porque finalmente esta obra se concretó”, enfatizó Gallardo.

Por su parte, Carlos García, concesionario y administrador del museo, expresó sentirse feliz y honrado por retribuir a la ciudad que lo vio nacer. “Todos sabemos que el cacao fue el motor de la economía… este espacio se convertirá en un ícono de nuestra ciudad. Quiero pedirles a los empresarios de Guayaquil para que se unan para apoyar estas obras que son un emblema para nuestra ciudad”, manifestó.

“Tengo una hacienda de cacao, entonces me emocioné y me dio mucho orgullo porque realmente es algo que recupera la historia del cacao”, añadió.

En esta casa se albergan quince salas, en dos pisos, que hacen un recorrido por la tradición agrícola y por el desarrollo social y económico del cacao, desde su esplendor hasta el colapso de sus plantaciones. El museo reafirma el origen ecuatoriano del cacao de hace 4.000 años, con pruebas científicas que demuestran que los habitantes del cantón Palanda, de Zamora Chinchipe, consumían el cacao, y se exhiben en estas salas las réplicas que se encontraron en la excavación arqueológica.

Enrique Fierro, constructor del museo, indica que el espacio cuenta con audio guías en cuatro idiomas: inglés, francés, italiano y alemán. Y que pronto se abrirá en la terraza una zona gastronómica con platos elaborados a base de chocolate.

Menciona que el levantamiento del museo requirió de una fuerte investigación. “Lo más importante fue conocer la historia, hacer la investigación con un equipo de trabajo muy amplio y descubrir el material que nos permite dar testimonios a cada una de las etapas del cacao. Hay una reproducción increíble de piezas arqueológicas, hay una reproducción de los manteños huancavilcas que fueron nuestros navegantes que permitieron dan a conocer”,

El Museo del Cacao de Guayaquil, situado en las calles Panamá e Imbabura, estará abierto de martes a domingo, de 09:00 a 17:00. La Entrada es libre.

Fuente: El Universo

Related Articles