Por: Emilio Ruiz Ortiz
¡Buenos días país!
El deporte estudiantil es piedra angular del deporte formativo y elemento insustituible en la formación integral de nuestros niños y jóvenes; que repercute en sus habilidades y conductas sociales, y por ello debe merecer el apoyo necesario del Estado para su fomento y desarrollo.
Lamentablemente, esta responsabilidad se perdió en el calendario del tiempo, al quedar en manos de federaciones deportivas estudiantiles, que desde hace décadas no promueven nada. De esta manera el Estado es corresponsable directo en la agonía del deporte estudiantil. Y los ejemplos están a la vista: aquellos torneos de baloncesto y voleibol que se realizaban allá por los años 80 en el viejo coliseo Huancavilca, con más de 30 colegios participantes de la provincia del Guayas, desaparecieron por completo. Y allí se perdió la magia que envolvía no sólo a docentes y padres de familia, sino el grueso número de aficionados que apoyaban con su presencia a los esforzados y talentosos jóvenes deportistas.
Hoy nos parece inconcebible que autoridades educativas de la provincia más grande y poblada del país, quieran justificar la ausencia de colegios fiscales como Vicente Rocafuerte, Guayaquil, 28 de Mayo, Normal Rita Lecumberry, José Joaquín de Olmedo, Francisco de Orellana, Eloy Alfaro, Aguirre Abad entre otros, por lo que no podemos permanecer inclementes con lo que le ocurre al deporte escolar y colegial guayaquileño.
Estos eventos que fueron sinónimo de enorme algarabía popular, hoy son meras comparsas que no alegran a nadie. Entonces cabe preguntar: ¿qué pasa en los colegios y federaciones estudiantiles? ¿Qué hace el Ministerio del ramo que no invita a promuever la masificación deportiva? ¿Qué hacen las federaciones provinciales por este único y natural semillero? ¿Para qué sirve la cacareada Ley del Deporte si el deporte estudiantil continúa muriéndose frente a autoridades gubernamentales y estudiantiles? No es justo que nuestros niños y jóvenes sólo se limiten en su derecho de acceder al conocimiento, mientras la parte deportiva, que es la que oxigena el cerebro y alegra el corazón, espera por algo nuevo que ofreció hace poco el presidente Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza.