El golazo de Messi llegó cuando el Manchester City buscaba el empate. Así transcurrió casi todo el partido: con los citizens tratando de igualar el partido, detrás en el marcador, dominando y acercándose poco a poco, no con demasiado peligro, pero teniendo el choque controlado. Y después llegó el golazo de Messi para poner el 2-0 que no sólo sentenció el resultado sino que además demostró al equipo de Guardiola una jugada que añoran: la que surge de la nada, por medio de un jugador, que gana los tres puntos cuando lo necesitas. Mientras que el Manchester City se ahogaba intentando buscar el empate, el PSG le había enseñado la vía rápida.
Solo días después de uno de los partidos más convincentes de la temporada –0-1 en Stamford Bridge–, el City volverá a hacerse la misma pregunta que se hace cuando le cuesta abrir la lata: ¿Falta un delantero centro? Guardiola contesta que cada vez que pierdan le dirán que falta un nueve, pero cuando ganen nadie se acordará de ello. En París, el elegido fue Sterling. Otros días es De Bruyne, o Gabriel Jesus, o Ferran. Bernardo falló uno debajo de la portería. Si algo han aprendido en el City es a jugar intercambiando posiciones, a merodear en la frontal y a combinar en espacios reducidos. Cuando el gol no llega, alguien se lo tiene que inventar. Al City casi nunca le faltan goles, pero la Champions exige un plus: el que por ejemplo también buscaron en la final de hace sólo unos meses.
Foto cortesía de sopitas.com