El desabastecimiento que martiriza al Reino Unido es alimentario y energético, pero también humano. En estos momentos, el país posee 2 millones de ofertas de empleo activas, un déficit de trabajadores auspiciado por la fuga de extranjeros durante la pandemia, pero provocado fundamentalmente por un Brexit que impide que otros tomen el lugar de los que decidieron volver a su lugar de origen. Lo que en un principio era uno de los objetivos fundamentales de aquellos que apoyaban la salida de la Unión Europea, se ha convertido en un problema que está obstaculizando la recuperación económica post pandemia a todos los niveles.
Lo común a todos los servicios mencionados con anterioridad es que se trata de empleos mal pagados que, o bien no requieren cualificación o, además, no alcanzan el rango salarial mínimo, por lo que no resultan atractivos. Además, las condiciones legales actuales solo permiten a un trabajador extranjero no asentado permanecer en el país si está contratado por una empresa británica y su salario es de, al menos, 30.000 euros al año. Esto es realmente lo que impide que se cubran los puestos de trabajo ofertados.
Esto, por lo tanto, choca frontalmente con la columna económica del país, pues los empleos que antes ocupaban los europeos en el transporte, la hostelería, el mantenimiento o el comercio no pueden competir en ese rango de salarios. Según un análisis llevado a cabo por la Recruitment & Employment Confederation, la REC, en el país se estarían ofertando cerca de 2 millones de puestos de trabajo, y sólo en la semana del 13 al 19 de septiembre, aparecieron 220.000 puestos nuevos.
De todos los sectores en los que hay escasez, el más impactante es el del transporte El premier británico, aseguró que más de 100.000 puestos de trabajo vacantes deben ser cubiertos en el menor tiempo posible, ya que la falta de trabajadores está provocando una grave crisis del combustible que ha dejado paralizado al país. Esta necesidad ha provocado que las ofertas se disparen, consiguiendo alcanzar la pasada semana las 7.500, algunas de ellas con salarios muy superiores a lo común, llegando a pagarse hasta 55.000 euros anuales.
Por parte del Gobierno se ha tratado de atajar el problema del transporte con el uso del Ejército, que ya se encuentra realizando un adiestramiento para poder ayudar a transportar suministros de combustible a las gasolineras del Reino Unido. Del mismo modo, el primer ministro, Boris Johnson, a regañadientes ha ofrecido 5.000 visados temporales de 3 meses para que los extranjeros puedan cubrir las vacantes, aunque ha advertido que la escasez «no debería arreglarse» recurriendo a trabajadores extranjeros.
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