El líder del golpe, el general Abdel Fattah Burhan, culpó a las luchas políticas internas.
Han estallado protestas en varias ciudades, incluida la capital, Jartum. Tres personas murieron tras recibir disparos de las fuerzas armadas. Los líderes militares y civiles han estado enfrentados desde que el antiguo gobernante Omar al-Bashir fue derrocado hace dos años.
Un gran número de manifestantes están en las calles de la capital exigiendo el regreso del gobierno civil. Se espera que más protestantes se unan a la multitud después de los llamados a la acción de los partidos políticos y sindicatos profesionales. Los médicos se han negado a trabajar en hospitales e instituciones bajo régimen militar, excepto en situaciones de emergencia.
Un manifestante, Sawsan Bashir, expresó a la prensa internacional: «No saldremos de las calles hasta que regrese el gobierno civil». «Estamos dispuestos a dar nuestras vidas por la transición democrática en Sudán», dijo Haitham Mohamed, otro ciudadano.
Se han desplegado tropas del ejército y paramilitares en Jartum, el aeropuerto de la ciudad está cerrado y los vuelos internacionales están suspendidos; Internet también está caído. Imágenes de video de Jartum mostraron grandes grupos en las calles, incluidas muchas mujeres. Se pueden ver barricadas de llantas en llamas, con columnas de humo negro elevándose en varios puntos de la ciudad.
«Hay tensión y también violencia porque la gente intentó ir al cuartel general del ejército y fueron recibidos con disparos», denunció BBC el defensor de derechos humanos Duaa Tariq. Agregó que había miedo y confusión en las calles, pero también solidaridad entre los manifestantes.
Los líderes mundiales han reaccionado con alarma ante el movimiento de los militares.
El primer ministro Abdallah Hamdok y su esposa se encuentran entre los detenidos, junto con miembros de su gabinete y otros líderes civiles. Se desconoce su paradero. Son parte de un gobierno de transición diseñado para conducir a Sudán hacia la democracia después del gobierno del expresidente, Omar al-Bashir.
Según los informes, Hamdok fue presionado para que apoyara el golpe, pero se negó a hacerlo y, en cambio, instó a la gente a continuar con las protestas pacíficas para «defender la revolución».
Foto: Cortesía.