Los chilenos votaron este domingo en lo que se considera la elección presidencial más divisiva del país desde el regreso a la democracia del país en 1990, mientras un excongresista ultraderechista se enfrenta a un izquierdista que ha dado su apoyo a las protestas callejeras masivas.
Se desarrollaron largas filas en muchos colegios electorales en medio de protocolos de distanciamiento social relacionados con el coronavirus y una participación relativamente alta. Algunos votantes dijeron que esperaron en fila durante más de dos horas con un calor de casi 32 grados centígrados.
«Los informes que tenemos indican que hubo una sólida participación hasta ahora», dijo a los periodistas el vocero del gobierno, Jaime Bellolio.
En la derecha, José Antonio Kast, un católico de 55 años y padre de nueve, ha prometido tomar medidas enérgicas contra el crimen y ha elogiado el el «legado económico» neoliberal del ex dictador Augusto Pinochet.
Su discurso franco, su conservadurismo generalizado y sus ideas políticas a veces idiosincrásicas, como cavar una zanja para frenar la inmigración ilegal, han generado comparaciones frecuentes con el expresidente estadounidense Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro.
En la izquierda, el legislador Gabriel Boric, de 35 años, quien encabezó las protestas estudiantiles en 2011 para exigir mejoras al sistema educativo de Chile, se ha comprometido a eliminar el modelo económico de laissez-faire de la nación, al tiempo que fortalece las protecciones ambientales y los derechos indígenas. En términos generales, representa una ruptura significativa entre las políticas conservadoras y las centristas que han dominado la política chilena durante décadas.
Foto: Cortesía.