Este viernes 15 de abril, la policía de Nueva York informó que cinco personas proporcionaron “información crítica” que ayudó a la captura del autor del tiroteo en un vagón del metro de Nueva York, dejando a diez personas con heridas de bala.
El sujeto estuvo desaparecido por 30 horas mientras que la policía trataba de encontrarlo para aprehenderlo. Inmediatamente cuando se dio el hecho la policía ofreció una recompensa de $50.000 dólares a quien dé información fundamental o la ubicación del hombre de 62 años.
Por cuestiones de seguridad, los nombres de los informantes se mantienen en el anonimato. No obstante, algunos medios han revelado que el mismo autor de los hechos, Frank James, llamó a la Policía para entregarse. El hombre de 62 años está formalmente acusado y en prisión provisional.
James estaba en un local de McDonalds cuando llamó a las autoridades desde su celular y dijo: “Creo que mes están buscando. He visto mi foto en todas las noticias y voy a andar cerca de este McDonalds”.
Pero cuando la Policía arribó al lugar, el sujeto ya había salido de ahí, pero afortunadamente alguien que lo vio salir ayudó a las autoridades a darle la ubicación del sujeto, quien se encontraba a unos metros más allá, y finalmente fue detenido sin poner resistencia.
El pasado 14 de abril, Frank James fue presentando ante un juez donde se le dio prisión sin fianza.
Según Breon Peace, fiscal federal de Brooklyn, el hombre de 62 años se arriesga a una cadena perpetua por cometer un atentado terrorista en un medio público de transporte.
Las autoridades revelaron que James tenía una cuenta de Youtube, y se trata de “Profeta de la Verdad 88”, donde publicaba comentarios racistas y violentos. Además, aseguraba varias veces ser víctima de trastornos psiquiátricos y ser receptor de tratamientos violentos para las enfermedades mentales que padecía.
A pesar de tener esa información, los agentes revelaron que su ataque no fue espontáneo, sino que ya lo había preparado estando en sus cabales. James compró munición, alquiló una camioneta, usó un chaleco como el de los obreros de construcción para aparentar y una vez que entró al vagón se puso una máscara antigás, e inmediatamente abrió dos botes de humo para comenzar a disparar a ciegas.
Después de su tétrico acto, desapareció en la ciudad por treinta horas.
Foto: cortesía.