Las actividades relacionadas con el narcotráfico aumentaron en la frontera entre Ecuador y Colombia. Se visualiza en las cifras de muertes violentas y de operativos antinarcóticos.
El 19 de abril de 2022, en Putumayo (frontera con Sucumbíos), las Fuerzas Armadas hallaron más de 10.000 plantas de coca sembradas del lado del territorio ecuatoriano.
En el sector también fueron encontrados laboratorios de procesamiento. El último de ellos detectado a finales de marzo.
Lo que ratifica la teoría de que Ecuador ya no es solo un país de tránsito de cargamentos de cocaína ahora en su territorio se siembra, se procesa, se almacena y se exporta el narcótico.
Hay hasta ahora dos bandos criminales en disputa de este negocio que ha cobrado ya decenas de muertes. La guerra inició en las cárceles, pasó a las calles de Guayaquil y, desde principios del 2022, se libra en la frontera norte del país.
Los Tiguerones es una más de las organizaciones delictivas que disputa el control de la frontera norte. Según inteligencia policial, este grupo, junto a otros como Los Lobos y Los Chone Killers, da soporte al mexicano cartel Jalisco Nueva Generación en Ecuador. Y se enfrentan al otro bando, comandado por el cartel de Sinaloa y ayudado en Ecuador por Los Choneros, Los Águilas y Los Gánsters.
El grupo cercano a Sinaloa trabaja con Comandos de la Frontera, otra disidencia de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o FARC.
El bando liderado por el cartel Jalisco Nueva Generación, en cambio, estaría trabajando con el denominado Frente Carolina Ramírez, también encabezado por antiguos grupos guerrilleros colombianos.
Esmeraldas y Sucumbíos -las provincias por donde, presuntamente, se está moviendo la cocaína- son las que mayor número de muertes violentas registran en el inicio de este año en Ecuador.
Foto cortesía