A dos meses del inicio del conflicto Rusia-Ucrania, el pasado 24 de febrero, todo está saliendo como menos lo planificó el gobierno de Vladimir Putin, quien en una operación militar ordenó “desmilitarizar y desnazificar” a su país vecino, pensó que cantaría victoria pronto, pero la estrategia no tuvo éxito.
Las tropas de la ex Unión Soviética no avanzan como habían planeado. Son pocos los logros que obtienen durante la guerra y muchas las bajas humanas que registran. También, es demasiada la pérdida material que tienen desde que enfrentan a los ucranianos.
Según los últimos datos publicados por las Fuerzas Terrestres de Ucrania, 21.800 soldados rusos murieron durante los combates, aunque otras fuentes apuntan a una cifra mayor de bajas, próxima a los 30 mil rusos y de más pérdida material, reseñó el Daily Mail.
Por ahora no hay balances positivos para Putin. En la cuenta de pérdidas, el Kremlin tiene que sumar 873 tanques destruidos, 2.238 vehículos blindados, 179 aviones, 154 helicópteros y 408 sistemas de artillería, informaron las cuentas oficiales ucranianas.
Las cifras podrían significar nada para un poderío militar como el que posee Rusia, quien desde un principio pensaba que tenía ventaja y esto le jugó en contra, según los analistas expertos.
Cuando inició el conflicto hace dos meses, los rusos tenían un ejército de 280 mil soldados activos a tiempo completo en comparación con los 125.600 de Ucrania, liderados por Volodimir Zelenski.
Pero para Michael Clarke, un profesor del departamento de estudios de guerra de King’s College de Londres, los rusos necesarios para invadir con éxito al país vecino debieron ser al menos un millón.
Aunque el gobierno ruso se hizo con la victoria en Mariupol recientemente y otras regiones de Ucrania, todo pinta a una derrota para el mandatario que está siendo cuestionado por toda la prensa internacional y las organizaciones del mundo.
Fuente: EU
Foto: Cortesía.