La droga se encontraba guardada en una capilla católica al sur de Guayaquil, comunicaron que eran más de 3000 dosis de alcaloides que se estaban distribuyendo en el barrio Cuba.
Los paquetes de droga se camuflaban entre símbolos religiosas como imágenes de santos, velas, túnicas de sacerdotes y crucifijos.
En el lugar no se encontraba nadie, pero la policía inició las debidas investigaciones para poder encontrar responsables.
Una de las hipótesis que manejan los agentes es que las mafias se apoderaron del lugar para poder convertirlo es un centro de venta.
En el último año, los agentes han descubierto que las bandas se han extendido por el norte, sur, centro y periferias de Guayaquil, en realidad, los uniformados señalan que desde al año 2021 se han ubicado más de 70 inmuebles que fueron ocupados por bandas como centro de distribución y venta de droga.
Uno de los operativos más grandes de este año sucedió a finales de abril pasado, Los 14 miembros de una banda delictiva que es originaria de Manabí fueron detenidos en el norte de Guayaquil.
Estos inmuebles por lo general están alquilados, comprados o invadidos por desconocidos, pero la policía dice que no son sólo usados para la droga, sino que también esconden a los miembros más buscados de las bandas.
Por lo general las viviendas están ubicadas en zonas alejadas de las urbes o barrios residenciales, por ejemplo en Guayas, la policía ha detenido a cabecillas de las bandas en conjuntos residenciales de la vía a la Costa, Daule, Durán Y Samborondón.
En Guayaquil, las mafias pagan a niños, mujeres y adultos mayores para que les ayuden como informantes, o también conocidas como campaneros. Las investigaciones señalan que por cada ayuda que brindan pueden llegar a pagar entre 4200 y $500.
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