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La rumana Irina-Camelia Begu estuvo a punto de ser descalificada en Roland Garros, después de que lanzara la raqueta contra el suelo, tras perder un punto, y el rebote llegara a la grada y casi lastimara a un niño.
El juez de silla se acercó a ver al pequeño, le llamó la atención a la jugadora, pero no le impuso otro tipo de sanción.
El menor lloraba desconsoladamente y el supervisor fue convocado para analizar la situación, pero no decidió la descalificación de la rumana, entre la desaprobación del público y el descontento de la rival, la rusa Ekaterina Alexandrova.
El partido se reanudó después de que la tenista intentara consolarlo.