“Wimbledon es prioridad. Jugarlo con antiinflamatorios, sí; con inyecciones de anestesia como en Roland Garros, no”, afirmó el español tras ganar Roland Garros.
Fue una sorpresa la histórica victoria de Rafael Nadal en Roland Garros , si se considera que apenas podía caminar diez días antes del comienzo del torneo parisino. Sin embargo, tras derrotar a Casper Ruud en la final del Abierto de Francia, el mallorquín explicó que la única razón por la que pudo jugar (y ganar) allí fue porque salió a la cancha infiltrado y «con el pie izquierdo dormido». Nadal se someterá a un nuevo tratamiento para intentar encontrar una solución definitiva, pues, no quiere seguir compitiendo de esa manera.
«Se trata de inyecciones con radiofrecuencia pulsátil, que me podrían ayudar a disminuir la sensación que tengo en el pie», contó. Este método se utiliza como «tratamiento para el dolor causado por la irritación o el mal funcionamiento de un nervio o la sensibilización del sistema que transmite dolor», según explicó, y se realiza en un quirófano, bajo anestesia local y sedación ligera.
Es muy eficaz para controlar diferentes tipos de dolor crónico, como el que sufre Nadal en el pie izquierdo como consecuencia del Síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad degenerativa del escafoides tarsiano, un hueso del arco del pie, fundamental para su movimiento.