Mientras Lasso pidió el archivo de una demanda en contra de cinco asambleístas a los que acusó de solicitar dinero, el legislador Ricardo Vanegas retiró una demanda en contra de Aparicio Caicedo.
Dicen que del odio al amor hay un paso, y así lo manifestaron el presidente Guillermo Lasso y asambleístas de Pachakutik, quienes pasaron de las denuncias mutuas, en el campo penal, a la camaradería y al compadrazgo.
El mandatario decidió perdonar a los asambleístas Rosa Cerda, Gissela Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpi y Cristian Yucailla, a quienes el pasado 25 de marzo denunció ante la Fiscalía, tras acusarles de concusión por supuestamente haber solicitado dinero y favores, a cambio de votos.
En un escrito enviado el 24 de agosto a la fiscal Mayra Soria Escobar, de la Unidad de Fuero de Corte Nacional de Justicia, Lasso solicitó archivar el proceso “en vista del tiempo transcurrido y en virtud de las diligencias efectuadas hasta la fecha”.
Pero nada es coincidencia en la vida, y mucho menos en la política ecuatoriana. Un día antes, el 23 de agosto, el asambleísta de Pachakutik, Ricardo Vanegas, asimismo solicitó archivar una demanda que había presentado, meses atrás, en contra de altos funcionarios del Ejecutivo.
Precisamente, la denuncia de Vanegas fue en contra de la entonces ministra de Gobierno, Alexandra Vela el entonces asesor presidencial ad honorem y hombre de confianza de Lasso, Aparicio Caicedo (hoy involucrado en escándalos por injerencia en otras funciones del Estado) y Karen Sichel, asesora de la presidencia de la República.
El pedido de archivo fue trazado ante la misma fiscal de la Unidad de Fuero de Corte Nacional de Justicia, Mayra Soria Escobar, con el argumento de que no se lograron demostrar elementos de convicción durante la investigación.
Este intercambio de pedidos de archivo de juicios entre Lasso y asambleístas de Pachakutik se da en medio del juicio político a los vocales del Consejo de la Judicatura, Fausto Murillo, Juan José Morillo y Maribel Barreno y a la expresidenta de ese organismo, María del Carmen Maldonado.
La sesión del pleno para el juicio político, por hipotético incumplimiento de funciones, está convocada para este miércoles 31 de agosto, a las 19h00.
Para la censura y destitución se requieren 92 votos y los bloques que apoyan la salida de las autoridades de la Judicatura son UNES, el partido Social Cristiano, disidentes de Pachakutik y algunos independientes.
El asambleísta Salvador Quishpe anticipó que su bloque, Pachakutik, no elegirá por la destitución, bajo el argumento de que detrás del juicio está el correísmo para tomarse la justicia.
¿Dónde quedó el discurso enérgico del presidente Lasso, cuando denunció a los cinco asambleístas?
Posteriormente de que la Asamblea negó y archivó el proyecto de Ley de Inversiones del Ejecutivo, el pasado 24 de marzo, el mandatario lanzó duras críticas en contra de los asambleístas y un día después presentó la demanda penal en la Fiscalía.
“Son ladrones y corruptos, hay que decirlo claro y ustedes lo saben. No hemos aceptado el chantaje de asambleístas que vienen a pedir hospitales, empresas eléctricas, ministerios, a cambio de su voto. Y el colmo de los colmos es de aquellos asambleístas que han venido a pedir dinero en efectivo al Gobierno”, puntualizó Lasso.
A la hora de hacer pactos políticos, nada importa. Ni siquiera quedar mal ante todo un país, más aún al tratarse de la palabra del presidente de la República.
La decisión de Lasso de pedir el archivo de la demanda en contra de cinco asambleístas de Pachakutik, ha sido muy criticada por diversos sectores políticos.
Foto cortesía.
Mientras Lasso pidió el archivo de una demanda en contra de cinco asambleístas a los que acusó de solicitar dinero, el legislador Ricardo Vanegas retiró una demanda en contra de Aparicio Caicedo.
Dicen que del odio al amor hay un paso, y así lo manifestaron el presidente Guillermo Lasso y asambleístas de Pachakutik, quienes pasaron de las denuncias mutuas, en el campo penal, a la camaradería y al compadrazgo.
El mandatario decidió perdonar a los asambleístas Rosa Cerda, Gissela Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpi y Cristian Yucailla, a quienes el pasado 25 de marzo denunció ante la Fiscalía, tras acusarles de concusión por supuestamente haber solicitado dinero y favores, a cambio de votos.
En un escrito enviado el 24 de agosto a la fiscal Mayra Soria Escobar, de la Unidad de Fuero de Corte Nacional de Justicia, Lasso solicitó archivar el proceso “en vista del tiempo transcurrido y en virtud de las diligencias efectuadas hasta la fecha”.
Pero nada es coincidencia en la vida, y mucho menos en la política ecuatoriana. Un día antes, el 23 de agosto, el asambleísta de Pachakutik, Ricardo Vanegas, asimismo solicitó archivar una demanda que había presentado, meses atrás, en contra de altos funcionarios del Ejecutivo.
Precisamente, la denuncia de Vanegas fue en contra de la entonces ministra de Gobierno, Alexandra Vela el entonces asesor presidencial ad honorem y hombre de confianza de Lasso, Aparicio Caicedo (hoy involucrado en escándalos por injerencia en otras funciones del Estado) y Karen Sichel, asesora de la presidencia de la República.
El pedido de archivo fue trazado ante la misma fiscal de la Unidad de Fuero de Corte Nacional de Justicia, Mayra Soria Escobar, con el argumento de que no se lograron demostrar elementos de convicción durante la investigación.
Este intercambio de pedidos de archivo de juicios entre Lasso y asambleístas de Pachakutik se da en medio del juicio político a los vocales del Consejo de la Judicatura, Fausto Murillo, Juan José Morillo y Maribel Barreno y a la expresidenta de ese organismo, María del Carmen Maldonado.
La sesión del pleno para el juicio político, por hipotético incumplimiento de funciones, está convocada para este miércoles 31 de agosto, a las 19h00.
Para la censura y destitución se requieren 92 votos y los bloques que apoyan la salida de las autoridades de la Judicatura son UNES, el partido Social Cristiano, disidentes de Pachakutik y algunos independientes.
El asambleísta Salvador Quishpe anticipó que su bloque, Pachakutik, no elegirá por la destitución, bajo el argumento de que detrás del juicio está el correísmo para tomarse la justicia.
¿Dónde quedó el discurso enérgico del presidente Lasso, cuando denunció a los cinco asambleístas?
Posteriormente de que la Asamblea negó y archivó el proyecto de Ley de Inversiones del Ejecutivo, el pasado 24 de marzo, el mandatario lanzó duras críticas en contra de los asambleístas y un día después presentó la demanda penal en la Fiscalía.
“Son ladrones y corruptos, hay que decirlo claro y ustedes lo saben. No hemos aceptado el chantaje de asambleístas que vienen a pedir hospitales, empresas eléctricas, ministerios, a cambio de su voto. Y el colmo de los colmos es de aquellos asambleístas que han venido a pedir dinero en efectivo al Gobierno”, puntualizó Lasso.
A la hora de hacer pactos políticos, nada importa. Ni siquiera quedar mal ante todo un país, más aún al tratarse de la palabra del presidente de la República.
La decisión de Lasso de pedir el archivo de la demanda en contra de cinco asambleístas de Pachakutik, ha sido muy criticada por diversos sectores políticos.
Foto cortesía.