La movilidad es uno de los factores de éxito clave para el crecimiento de la economía y, por consiguiente, se convierte cada vez más en una cuestión que los Gobiernos y las empresas de transporte público necesitan abordar. De allí que Guayaquil apunta a convertirse de a poco en ciudad inteligente con la implementación de una solución que permitirá hacer el pago de pasajes electrónicos.
La empresa que servirá de soporte para este servicio electrónico será O-City, una plataforma automatizada de cobro de tarifas que ha sido diseñada teniendo en cuenta tanto a los operadores de transporte como a los viajeros, digitalizando el proceso de pago de extremo a extremo.
El propósito es, según informa el sitio web de O-City es que las personas ya no esperen en las colas, no más boletos. “Un móvil o una tarjeta de pago son suficientes para moverse por la ciudad. Se eliminan todas las fricciones desde el tiempo dedicado a viajar, hasta la complejidad de las tarifas”.
Este servicio se ha implementado en más de 130 ciudades inteligentes del mundo con más de 100 operadores de transporte conectados y más de 130 millones de transacciones mensuales. En la página web de O-City se destaca la experiencia de Azizbek Alymkulov, vicealcalde de la ciudad de Bishkek, Kirguistán: “La implementación del proyecto de emisión de boletos electrónicos permitió a la ciudad aumentar el cobro de tarifas en las rutas de transporte público, haciendo que estos ingresos sean transparentes y mejorando la calidad de los servicios para los pasajeros”.
Javier Ríos, director de Ciudades Inteligentes de BPC, destaca: “Las grandes ciudades del mundo hacen grandes esfuerzos para promover eficiencias y avanzar en sus procesos de digitalización. Sin embargo, en Latinoamérica aún hay un reto pendiente por superar, y es que la mayoría de los sistemas de transporte público se basan en tecnologías de ciclo cerrado. Guayaquil se convertirá en un referente global, puesto que incluirá un método de pago abierto, bajo la tarjeta ciudadana EMV multiservicio, que mejorará la eficiencia y seguridad, además de contribuir con el distanciamiento social, disminuir el tiempo de desplazamiento diario y promover la infraestructura de movilidad”.
“Cuando una ciudad traslada los beneficios de la tecnología y la digitalización a las personas se logra impactar positivamente su vida. El transporte público representa el corazón de la actividad económica y social de las urbes, por lo que si su funcionamiento privilegia la practicidad, el movimiento continuo y la seguridad de quienes lo usan, la operatividad del sistema se hace más productiva”, dice Juliana Peña, vicepresidenta de Negocios de la Región Andina de BPC.