Carlos Bravo, exgerente de la AGD, destacó que Pablo Celi no es ninguna víctima solo porque ahora revele que existieron chats con la Fiscal General, Diana Salazar, con pedidos específicos, pues aquello debió denunciarlo mucho antes de enfrentar el proceso judicial del caso Las Torres.
Destacó que ahora Celi debería destapar la olla y decir de una vez por todas de qué se trataban las peticiones e incluso, dijo, la Fiscal, si no tiene nada que ocultar, le correspondería entregar su celular para periciar y cotejar con el dispositivo del excontralor
No descartó que haya existido un concertaje para perjudicar a terceros, ejemplificando con el caso Singue, cuyas cortes nacional e internacional determinaron vulneración de derechos, y sin embargo el proceso se llevó adelante basado en un informe de Contraloría y un impulso de Fiscalía.
Mencionó que sobre este hecho, el fiscal subrogante, Wilson Toainga, debería iniciar una investigación de oficio y de ser el caso procesar a Salazar: “No sé qué espera el subrogante para iniciar esas acciones pertinentes por un tema de gravedad”.
Bravo indicó que otra vía de control es la Asamblea Nacional, pues ahí se debería llamar a comparecer a la Fiscal General, aunque también mencionó que no se puede esperar nada de Fernando Villavencio e incluso no descartó que existan chats entre el legislador y Salazar.
“A la fiscal tienen que sentarle en la Asamblea para que cante lo que contienen los chats”.
En todo caso, reiteró que las declaraciones de Celi no sirven de nada para su defensa, pero sí abren una caja de pandora: “Donde saldrán sapos culebras y toda la podredumbre, ojalá por sanidad de país se liberen todos los mensajes y sepamos cómo actúan las autoridades».