Su vida dio un giro rotundo. Germán Cáceres pasó de tener una destacada carrera policial a ser uno de los hombres más buscados en Sudamérica, por ser el presunto responsable de un femicidio. Pasó de estar cinco años casado con la abogada penalista María Belén Bernal, a ser uno de los principales sospechosos de haberla matado.
Ambos se casaron el 13 de octubre de 2017. El sospechoso aún conserva, en sus redes sociales, fotos de ese día. En una de las imágenes se los ve abrazados al pie del altar.
Su romance comenzó dos años antes. La madre de Bernal, Elizabeth Otavalo, recuerda que Germán y María Belén se conocieron aproximadamente en 2015, cuando ella solicitó protección policial para llevar USD 1 000 desde un banco, en el sur de Quito, hasta la casa donde vivía con su madre, en el sector de la Mena 2. La joven llamó al ECU-911 para solicitar el traslado de valores.
El objetivo era que un policía la resguardara para no ser víctima de un asalto. Germán fue en una moto y la escoltó hasta llegar a su casa. Allí intercambiaron números y comenzaron a conversar. Según Otavalo, Germán comenzó a llevarle flores a su hija a la Universidad Central, donde ella estudiaba Derecho. Luego la invitaba a tomar café y la invitaba al cine.
Fueron novios un año, hasta que decidieron vivir juntos. Primero residieron en un departamento aislado de la vivienda de la madre de María Belén. Luego compraron una casa en el valle de Los Chillos. Otavalo recuerda que los fines de semana su hija solía ir con su esposo para almorzar. Era un matrimonio relativamente normal, “no sé en qué momento surgió el monstruo que me la arrebató”.
Jesús López es abogado de la familia de la víctima, pero también fue compañero de trabajo de María Belén. Él contó el pasado 17 de octubre de 2022 que conoció a Germán C. cuando ella lo invitaba a las reuniones sociales del bufete de abogados donde laboraba López recuerda que, en esos eventos, el actual sospechoso era una persona “bastante fría y reservada”.
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