La semana anterior en este sector del noroeste de Guayaquil se reportaron balaceras. En cuatro planteles los padres optaron por no enviar a clases a sus hijos.
El ambiente era desolador. Los dueños de muchos negocios prefirieron no atender y permanecer con los locales cerrados. A lo largo de la avenida principal del sector conocido como la Ladrillera, en el noroeste de Guayaquil, había poco movimiento de personas, predominaba la presencia de hombres en motos lineales y tricimotos, pero ambos tipos de vehículos iban y venían sin pasajeros.
Así transcurrió el viernes 22 de septiembre en este sector, adonde llegaron militares para realizar patrullaje y controles luego que el miércoles 20 ocurriera allí un hecho que atemorizó al personal y pacientes del centro de salud Ciudad Victoria.
Según testigos, pasadas las 13:30 de aquel día llegaron tres hombres con una persona herida con varios impactos de bala. Sin embargo, al recibirlo y hacerle el chequeo respectivo, los médicos confirmaron que había fallecido.
Eso provocó que quienes llevaron al herido amenazaran con pistolas a los galenos y enfermeras en el área de Emergencia.
Moradores del sector indicaron que la víctima habría sido cabecilla de un grupo de extorsionadores (conocidos también como vacunadores) y que fue atacado por sicarios cuando se movilizaba en un automóvil por el sector.
Luego de este hecho, entre los vecinos de la Ladrillera quedó el temor a tal punto que los padres de familia de cuatro establecimientos educativos optaron por no enviar a sus hijos a las aulas de clase.
Aquello se evidenció hasta el viernes en los colegios réplica Simón Bolívar, 28 de Mayo, en la Unidad Educativa Violeta Luna Carrera y en otro plantel.
Los docentes sí acudieron a los establecimientos, pero dieron clases virtuales. Entre ellos hubo negativa de hablar con la prensa sobre la situación de inseguridad que atraviesa el sector de la Ladrillera que agrupa a varias cooperativas y planes habitacionales. La misma negativa se reflejó entre las pocas personas que caminaban por la vía principal de la zona, así como en los dueños de negocios.
“Usted sabe cómo está la situación por aquí, si uno habla mucho se puede meter en problemas”, comentó el trabajador de una ebanistería del sector mientras veía temeroso el ir y venir de motociclistas. Dos de ellos incluso siguieron todo el tiempo al equipo de este Diario que realizó el recorrido por allí el viernes anterior.
Consuelo López, una usuaria de 64 años del centro de salud Ciudad Victoria, comentó que luego del incidente del miércoles sintió miedo de acudir por atención, pero como es la única casa asistencial cercana no tuvo otra opción y por eso estuvo el viernes allí, pasado el mediodía.
“Hasta aquí, gracias a Dios, no me ha pasado nada, no me han tocado, pero el sector sí es bastante inseguro. A uno le da miedo, imagínese yo sufro de la presión (…), los policías y los militares están por ratos nomás, pero ya cuando no se los ve uno queda igual en el peligro”, comentó la sexagenaria.
El viernes en el sector hubo presencia de policías y militares en la Ladrillera, pero al igual que López, otros moradores dijeron que esto debe ser permanente. Las recientes balaceras y muertes violentas han dejado cierta zozobra entre los habitantes que dicen que también hay casos de extorsiones, delito conocido como cobro de ‘vacunas’.
Este escenario ha llevado incluso a los taxistas a evitar entrar a este sitio que pertenece al distrito Pascuales, jurisdicción donde desde el 1 de enero hasta el 21 de septiembre se reportaron 180 asesinatos, 70 más que en el mismo lapso del 2022.
“La policía sí viene, a la hora de entrada y salida de clases se los ve, pero realmente necesitamos más (patrullaje) porque la situación es terrible”, mencionó una vecina que pidió la reserva de su identidad.
De los robos ni los planteles educativos se salvan. El guardia de una de las instituciones comentó que hace tres meses antisociales se robaron varias computadoras.
Los dos colegios réplica, el Simón Bolívar y 28 de Mayo, tienen guardianía las 24 horas del día, comentaron los propios agentes. “Ahorita la inseguridad es en todo lado, hay que estar precavido nomás”, mencionó uno de los guardias. (