Por: Ec. Marco Flores T.
El gobierno, mediante gasto público, orientado a favorecer la inversión productiva privada, genera crecimiento económico con empleo. Keynes demostró en la Gran Depresión de los años treinta que la demanda efectiva impulsada por gasto público, constituía la más poderosa fuerza para salir del estancamiento económico.
Keynes también demostró que la tesis neoclásica de que el libre mercado es suficiente para regularse a sí mismo estaba equivocada. Además, todas las crisis económicas son temporales si políticas públicas erradas no las profundizan. Para salir del estancamiento económico se requiere impulsar la demanda mediante gasto público y mejorar el ingreso disponible de las personas, sobre todo de los más pobres que son quienes gastan todo sus ingresos, incrementando el consumo y la demanda, y con ellos, el crecimiento de la economía con empleo.
El Estado debe ser solidario, eficiente y razonablemente proporcionado, pero en ningún caso, simple observador, liquidando sus mejores activos, como predican neoliberales y libertarios. La inversión privada solo busca maximizar ganancias. La inversión pública orientada al bien común busca el desarrollo humano. Los últimos dos gobiernos de Ecuador hicieron justamente lo contrario y por más de seis años. Impusieron al país políticas de letal austeridad que destruyeron la inversión pública, consolidaron el estancamiento económico, la falta de trabajo y la migración de miles de personas pobres.
Además, destruyeron la calidad y oportunidad de los servicios públicos, duplicaron la deuda pública y convirtieron en ruinas la estabilidad fiscal que los neoliberales criollos tanto proclamaron como objetivo. Los costos para la gente han sido enormes y regresivos. Hacer más de lo mismo no solo es hacer lo mismo de lo peor, también es convertir el fracaso económico y social en política de Estado.
Columnista invitado