Por: Marco Flores T.
La Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional ha aprobado el informe para primer debate de la reforma tributaria propuesta por el ejecutivo. Hubo legisladores que consiguieron incluir algunos cambios para volverlo presentable. Es seguro que el pleno de la Asamblea lo convertirá en ley de la República.
La reforma tributaria propuesta no soluciona el problema fiscal y menos el económico, carece de capacidad efectiva para proporcionar los ingresos permanentes necesarios que cubran el desfinanciamiento recurrente del Presupuesto General del Estado. Sus mejores efectos sobre el crecimiento económico y empleo solo pueden ser marginales.
La tercera remisión o amnistía tributaria en 5 años será aprobada. Las zonas francas fundamentalmente serán el mecanismo para no pagar impuestos o minimizar su pago por largos años. Los sectores de ingresos medios, los de ingresos bajos, y mucho menos los pobres, obtendrán beneficio alguno. El ejecutivo no propuso legislar para ellos.
Queda claro que el proyecto de ley notoriamente excluyó otras alternativas existentes, eficaces y justas para generar ingresos permanentes, y entre ellas, toda posibilidad de que sectores de grandes ingresos y ganancias extraordinarias, contribuyan más y mejor a la solución efectiva de los problemas que propone resolver, pero desde hace seis años
existen demasiados intereses en conflicto con el bien común.
El gobierno no debe olvidar que la atención, seguridad y progreso de los ecuatorianos no puede seguir siendo sacrificada, y que, además, para evitar la cesación unilateral de pagos (default), por fuerza de las circunstancias, requiere condicionar a largos plazos el pago de su deuda externa, al menos con tenedores privados y con el Fondo Monetario Internacional, y que el Ministerio de Economía y Finanzas necesita diferir los pagos de su deuda interna con el Banco Central del Ecuador.
Columnista invitado