Por: Marco Flores T.
Es correcto que no se haya eliminado el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) como el señor Noboa ofreció hacerlo en la campaña electoral. Pero es técnicamente incorrecto que el presidente Noboa lo haya fijado en 3.5%. En la coyuntura actual ese no es un manejo correcto de política tributaria.
El Presupuesto General del Estado (PGE) muestra un fuerte desfinanciamiento. Pero el presidente Noboa, en medio de la ruina fiscal, fija el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) en 3,5%, en lugar de restituirlo a su original 5%, corrigiendo el penoso error del expresidente Lasso.
Si lo que se busca es impulsar la demanda y el crecimiento económico, no es el ISD el que hay que reducir sino el IVA que es el más regresivo impuesto al consumo. La reducción del ISD sólo se traslada a la gente cuando sacan dinero del país. No beneficia a las personas pobres ni de ingresos bajos, solo incrementa ingresos a los importadores y promueve la salida de divisas.
La reducción del ISD disminuye en forma importante los ingresos tributarios del PGE en momentos en que el ministro de finanzas anuncia hasta la venta de parte importante del oro físico de las reservas internacionales, según informa, para obtener 300 millones de dólares en utilidades anticipadas que ayuden a cubrir el desfinanciamiento del PGE.
La decisión de mantener el ISD en 3.5% es abiertamente incorrecta cuando en la caja fiscal ni siquiera hay dinero suficiente para pagar los sueldos mensuales. Su reducción en 1.5% significa que el PGE deja de recibir unos 380 millones de dólares anuales.
También la reducción del ISD destruye el principio de equidad tributaria, cuando paralelamente se anuncia la siempre ineficaz focalización de precios más elevados en los combustibles, incluyendo los de origen nacional que tienen costos de producción muy inferiores a los importados.
No es cierto ni sustentable que el ISD ahuyente las inversiones porque desde siempre han estado exentas de su pago, como bien saben los inversionistas. El daño más grave a la inversión productiva nacional y extranjera es causado por la gravísima inseguridad jurídica y ciudadana que las personas y las empresas sufren en Ecuador.
Columnista invitado