Los sindicatos de Argentina llevaron a cabo el miércoles 24 de enero de 2024 una manifestación significativa en oposición a las medidas económicas de ajuste y las reformas propuestas por el gobierno ultraliberal de Javier Milei. Esta protesta incluyó una huelga general y manifestaciones que congregaron a decenas de miles de personas en todo el país.
Diversos sindicatos, como los de aceiteros, periodistas, trabajadores de la cultura, hospitales y ciencia, así como miembros de organizaciones barriales y de derechos humanos, participaron en la marcha en Buenos Aires portando pancartas con consignas como «la patria no se vende», «No al apagón cultural» y «Ciencia o terraplanismo».
La movilización central tuvo lugar en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, coincidiendo con el debate en el Legislativo sobre la ‘ley ómnibus’, el proyecto emblemático de Milei que busca desregular la economía y reducir la presencia estatal.
Durante la jornada, líderes sindicales como Héctor Dáer y Pablo Moyano pronunciaron discursos enfatizando su compromiso de seguir luchando contra las medidas del gobierno.
La huelga general, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera del país, comenzó al mediodía y se extendió hasta la medianoche. Aunque la jornada transcurrió mayormente sin incidentes, se registraron tensiones en algunos puntos, como el Puente Pueyrredón y la Avenida 9 de Julio, donde la policía aplicó un nuevo protocolo para regular las protestas.
La protesta también tuvo repercusiones internacionales, con concentraciones frente a embajadas argentinas en Madrid y otras ciudades. La aerolínea estatal Aerolíneas Argentinas se sumó a la huelga, cancelando todos sus vuelos.
El gobierno de Milei consideró la huelga como un «gran sinsentido» que va en contra de los intereses de la mayoría de los argentinos.