La actividad en el centro de Puerto Príncipe, Haití, se encuentra paralizada este lunes después de días de violencia, marcados por el asalto de bandas armadas a la cárcel de la capital. Este incidente resultó en la fuga del 87% de los reclusos, estimándose en más de 3,500, con 15 personas perdiendo la vida en el intento de escapar.
Escuelas, universidades, establecimientos privados e instituciones públicas en la capital permanecen cerrados debido a los intensos enfrentamientos entre bandas armadas y la Policía Nacional desde el jueves. La fuga masiva coincidió con un aumento de la violencia en Puerto Príncipe, con ataques aéreos a edificios policiales y al aeropuerto internacional.
En respuesta a la crisis, el gobierno decretó el estado de emergencia en el departamento Ouest, que incluye Puerto Príncipe, y un toque de queda en la capital desde las 18:00 hasta las 05:00 locales hasta el miércoles 6 de marzo. El Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación por el rápido deterioro de la seguridad en Haití, subrayando la necesidad de acción urgente y apoyo financiero para la misión multinacional respaldada por Naciones Unidas.
Las pandillas exigen la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien ha estado al mando desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Mientras Henry estaba fuera del país, el secretario de Economía, Patrick Michel Boisvert, firmó la declaración de emergencia como primer ministro en funciones. El gobierno busca restaurar el orden y controlar la situación mediante las restricciones implementadas, incluyendo el toque de queda.
Diecisiete exmilitares colombianos, detenidos por el asesinato de Moïse, permanecieron en la prisión asaltada el domingo, negándose a huir debido a amenazas de muerte por parte de una banda criminal. La solicitud de la cancillería colombiana llevó a su traslado el domingo, destacando denuncias de maltrato dentro de la prisión por parte de autoridades de Colombia y familiares.