El 4 de marzo de 2024, el Vaticano reafirmó su postura contraria al aborto en medio de la inminente votación en Francia sobre una reforma constitucional que busca garantizar explícitamente el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. La Academia Pontificia para la Vida, entidad vaticana especializada en bioética, respaldó la posición de los obispos franceses al declarar que, en la era de los derechos humanos universales, no puede existir un supuesto «derecho» a suprimir una vida humana.
Este organismo, fundado por el Papa Juan Pablo II, emitió un comunicado instando a todos los gobiernos y tradiciones religiosas a hacer todo lo posible para que la protección de la vida se convierta en una prioridad absoluta en la actual fase de la historia. En este contexto, se subrayó la importancia de abordar las situaciones particulares y los contextos difíciles de nuestra época mediante un enfoque basado en el derecho, priorizando la protección de los más débiles y vulnerables.
Es esencial destacar que la posición del Vaticano se mantiene en línea con las actuales discusiones sobre derechos reproductivos y bioética en la sociedad contemporánea.
El próximo lunes, se celebrará un Congreso extraordinario en Versalles, donde ambas cámaras del Parlamento francés se reunirán para votar la inclusión del derecho al aborto en la Constitución del país. De ser aprobada, Francia marcaría un hito al convertirse en el primer país en consagrar de manera explícita en su carta magna la «libertad garantizada» de las mujeres para decidir sobre la interrupción del embarazo. Esta medida refleja las actuales discusiones sobre derechos reproductivos y subraya el compromiso de Francia con la protección de la autonomía de las mujeres en este ámbito.