La fuerte temporada de lluvias ha pasado factura: 32,8 kilómetros de carreteras han sido afectados por las inundaciones y corrimientos de tierras; 51 puentes han resultado afectados y 13 destruidos.
En algunos sectores del país, las intensas lluvias han provocado deslizamientos de tierra y otros problemas que han afectado a las carreteras. Hasta la mañana de hoy, varias vías permanecen cerradas de forma parcial o total.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas reportó que hay cinco vías cerradas, debido a problemas ocasionados por las lluvias. Según la entidad, a nivel nacional, sólo el 12,07% de las vías se encuentra en estado “muy bueno”, el 31,41% es “bueno”, el 32,88% es “regular”, y en el 23,64% de las vías se recomienda “circular con precaución”.
La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) emitió un balance de las afecciones que han provocado las lluvias, con corte de 8 de marzo. En este se detalla, que, desde enero, hasta los primeros días de marzo, 32,8 kilómetros de carreteras han sido afectados por las inundaciones y corrimientos de tierras provocados por la temporada de lluvias.
A su vez, 51 puentes han resultado afectados y 13 destruidos, enfatizó en su informe, que también incluyó los daños en 474 unidades educativas y 28 centros de salud a escala nacional.
El ingeniero civil Vicente León, investigador de la ESPE, explicó: “La agresividad de las lluvias es mayor en unas regiones que en otras, a esto debemos sumar condiciones extremas, como las del Fenómeno de El Niño, y todo eso afecta grandemente al estado de las vías”.
Y enuncia varios factores: “Hay un diseño inicial mal efectuado, sin considerar primero el tipo de suelo sobre el cual se va ejecutar el proyecto vial. Si es un suelo no conformado correctamente va existir una mayor abrasión, por lo que será muy común la existencia de socavones y desprendimiento de taludes”.
A la primera causa hay que sumarle la mala calidad de los materiales utilizados, pues, las entidades públicas no siempre seleccionan el mejor material y lo que hacen es tapar con material de baja calidad encima de lo que ya estaba dañado.
“Con procesos constructivos deficientes, las lluvias hacen que la capa asfáltica comience a desprenderse fácilmente con el paso de los automotores, generando así los famosos y conocidos baches, fisuras y, en algunos casos, la caída de la mesa asfáltica”, aseguró el experto.