La activista indígena ecuatoriana Nina Gualinga manifestó su esperanza en que se haga justicia al comenzar el juicio contra su ex pareja por presunta violencia de género este martes 30 de abril de 2024 en la provincia amazónica de Pastaza, casi una década después de su primera denuncia en 2015.
Gualinga, miembro de la comunidad nativa de Sarayaku del pueblo indígena kichwa, relató en redes sociales que ha denunciado violencia desde 2015, pero sus alegatos no fueron inicialmente tomados en serio. Tras un primer caso archivado y la continuación de la violencia, presentó una nueva denuncia en 2020, y solo cuatro años después se inició el juicio.
Describió sufrir maltratos físicos y psicológicos prolongados por parte de su ex pareja, incluyendo una fractura en la columna, amenazas de muerte y manipulación psicológica que le causaron traumas severos como estrés postraumático, insomnio, pesadillas y miedo constante.
Además, detalló los desafíos enfrentados no solo con su agresor, sino también con un sistema judicial que, según ella, no le ha proporcionado la protección adecuada y ha sido manipulado por su ex pareja para intimidarla y continuar el abuso a través de contradenuncias y disputas sobre la custodia y manutención de su hijo.
Gualinga criticó que, pese a su poder económico, su ex pareja incluso se ha negado a pagar la pensión alimenticia adecuada para su hijo, contribuyendo al desgaste emocional y físico que ha enfrentado. Expresó que la dificultad y el desgaste de estos procesos desalientan a muchas mujeres a denunciar o seguir con los procedimientos judiciales.
Al comenzar la audiencia, se congregaron grupos de personas frente a los juzgados de la Corte Provincial de Justicia de Puyo para mostrar su apoyo a Gualinga, quien concluyó su relato con un llamado a la justicia para que actúe correctamente, no solo por ser un caso público, sino porque ella y su familia merecen una vida libre de violencia.