365 instituciones educativas en el país han sido incluidas en el programa Comunidades Educativas Seguras y Protectoras debido a que se localizan en zonas afectadas por altos índices de violencia y criminalidad.
El 60% de estas instituciones se encuentra en la región Costa, lo que representa 218 escuelas con una población estudiantil de 252 mil alumnos y 10 mil docentes. La policía ha clasificado a estas escuelas en niveles de riesgo alto, medio y bajo. En respuesta a la presencia de grupos criminales, unidades policiales especiales tendrán la facultad de entrar a las instituciones coordinando previamente con los rectores.
En los planteles seleccionados, agentes de policía controlarán los accesos durante las horas de entrada y salida de los estudiantes. A diferencia de años anteriores, se identificará a los estudiantes que porten armas, drogas o cometan delitos como la extorsión.
En siete escuelas ubicadas en Buena Fe, provincia de Los Ríos, donde operan organizaciones mafiosas, las clases se impartirán virtualmente. Se evaluará la situación después de un mes para determinar si se mantiene esta modalidad.
La Policía también trabajará junto con la Unidad Antinarcóticos para prevenir el microtráfico de drogas dentro de las escuelas y colegios. De los 218 planteles en la Costa, 97 se encuentran en Guayaquil, una zona particularmente afectada por enfrentamientos entre mafias.
La unidad educativa Transito Amaguaña, localizada en Nueva Prosperina, alberga a 3 600 alumnos y se enfrenta a problemas de seguridad adicionales debido a la falta de un cerramiento adecuado, lo que permite el ingreso fácil de objetos prohibidos. En este distrito, nueve unidades enfrentan problemas similares, algunos han intentado bloquear el contacto con el exterior utilizando madera, aluminio o cortinas en las ventanas, pero no ha sido suficiente.
La presencia de maleza y la falta de cámaras de seguridad son otros problemas que complican la seguridad en estas áreas, donde incluso se han encontrado drogas. En Nueva Prosperina, de los 12 mil alumnos en nueve planteles priorizados, 1 200 han sido reclutados por al menos cuatro grupos criminales. Estas escuelas están ubicadas en áreas de difícil acceso y la policía utiliza motocicletas para llegar más rápidamente, según indica Roberto Santamaría, jefe policial del área.
En otra escuela al norte de Guayaquil, las barreras son rejas frágiles que permiten ver desde el exterior todas las actividades escolares. En cinco escuelas en el sector de Portete, en el Suburbio de la ciudad, es común el consumo de drogas en las esquinas cerca de las escuelas.
En resumen, en los 218 planteles hay una prevalencia de problemas relacionados con la venta y consumo de drogas entre algunos estudiantes, y las bandas criminales no solo buscan reclutar alumnos, sino también convertirlos en consumidores, razón por la cual la Unidad de Antinarcóticos forma parte integral del plan de seguridad.