Por: Xavier Lasso
El lobito disfrazado de abuela buena ya no puede más: le han brotado los colmillos, sus garras se exhiben impúdicas. Ahora aparece en toda su violencia, quiere devorarlo todo, se le acabó la farsa, se nos ha acabado a todas y todos el tiempo de espera. Debemos encender todas las alarmas, estamos en riesgo y no podemos mirar a otro lado, la bestia está en medio de nuestro jardín, lo que queda de él, sus destrozos son notorios, es una bestia insaciable, este lobo es capitalismo en estado puro, muy cruento, es neoliberalismo importado directamente del Fondo, que huele a chicle, como el olor que te llega cuando caminas por esos largos corredores de cualquier aeropuerto de una ciudad grande de Estados Unidos.
Noboa, el presidente de Ecuador, el niño rico en el poder, ya luce como delirante, opina de otros presidentes de la región, como si fuese el rey.
Nos despertamos con la alentadora noticia de la libertad de Julian Assange, que pone contra las cuerdas a tanto miserable en Ecuador: Lenín Moreno primero; José Valencia, ministro de exteriores del traidor Moreno; Iñigo Salvador Contralor del Estado en la época que entregamos, sin atisbo alguno de dignidad, a Assange a la policía británica, que lo encerró en una cárcel de máxima seguridad.
Assange está libre y hay que celebrar, aunque los “gringos” siempre quieran quedarse con la ultima palabra y sin ningún escrúpulo nos envían, a través del atormentado cuerpo de Assange, el mensaje que los crímenes que ellos cometen no pueden ser desvelados a riesgo de sufrir los peores castigos.
Es un tiempo demencial, el asesino, pillado infraganti monta en cólera y quiere arrasar con todo, con su arma en la mano busca someternos, encerrarnos en sus mazmorras.
Acá en Ecuador, Daniel Noboa, que funge de presidente, le ha retirado la visa y amenaza con expulsar de mi país a una periodista de origen cubano, Alondra Santiago. Ella vive en Ecuador desde hace 19 años, ella de 32, el periodismo y maestrías lo hizo en universidades de acá, su acento ya no es cien por ciento cubano, caribeño, ha ido adquiriendo matices como andinos y, sin embargo, hoy por sus posiciones críticas contra Noboa, el engreído en el poder, se pretender callar su voz, se la califica de amenaza a la seguridad del Estado ecuatoriano.
Luego vienen a hablarnos de libertad, como la de expresión. Noboa que violó la embajada de México, que es mentiroso compulsivo, que ha sacado a los militares a las calles, que gobierno vía Tik Tok, que ha suscitado una enorme violencia en redes, se nos burla en la cara. Es un tiempo muy bruto de la derecha, pero ningún tiempo por muy exhibicionista que sea, dura para siempre. Noboa no es cualquiera, es un peligro, luce como tambaleante con un arma de grueso calibre en sus manos.