En la mañana de hoy, un grupo significativo de jubilados se congregó frente a la sede del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para expresar su profunda preocupación y frustración. Estos jubilados, quienes han dedicado décadas de su vida al trabajo y al pago de sus aportaciones, demandan ser tratados con dignidad y recibir la atención médica que merecen. Entre sus reclamos se encuentra la exigencia de acceso a medicinas e insumos básicos, como jeringas y gasas, los cuales ahora se ven obligados a adquirir con sus propios recursos debido a la escasez en las instalaciones del Instituto.
Muchos de estos jubilados han enfrentado dificultades significativas al intentar obtener atención médica. A menudo, se ven obligados a esperar largos períodos para conseguir un turno y, una vez dentro, descubren que deben costear por su cuenta incluso los elementos más básicos para su tratamiento. Esta situación no solo afecta su salud física, sino también su bienestar emocional y financiero, exacerbando las dificultades que ya enfrentan en la jubilación.
En cuanto a sus esfuerzos para comunicarse con las autoridades pertinentes, los jubilados han relatado haber enviado numerosas cartas y haber realizado visitas personales, buscando soluciones a sus problemas. Sin embargo, afirman que estas gestiones no han dado frutos y que continúan sintiéndose ignorados y abandonados por el sistema que debería proteger sus derechos como contribuyentes y asegurados.
Este plantón de hoy se suma a una serie de manifestaciones y protestas registradas a lo largo del año por parte de diferentes grupos de pacientes y jubilados. La situación se ha vuelto cada vez más tensa y crítica, especialmente entre aquellos que padecen enfermedades graves como el cáncer, quienes también han alzado su voz contra las deficiencias en el sistema de salud pública y la falta de acceso oportuno a tratamientos y medicamentos vitales.
Es evidente que estas manifestaciones no solo reflejan una crisis en el sistema de seguridad social y salud en Ecuador, sino que también son un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas concretas y efectivas que mejoren las condiciones de vida y atención para los jubilados y pacientes afectados.